𝙏𝙚 𝙚𝙣𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙚 ✅

capitulo ¹⁸

   𝚂𝚞𝚗 𝙷𝚎𝚎

Desde aquella vez que estuve en la casa de mis padres y con Nam todo ha sido muy diferente. Para ellos el tiempo que perdieron conmigo durante todos estos años hicieron lo más posible para estar juntos.

Tres meses exactamente han transcurrido de la manera más maravillosa posible, verlos convivir conmigo hacia que mi corazón se llenará de amor, desde una simple plática hasta salir y pasear por lugares que en mi infancia adoraba, alegraban tanto a mí familia.

No negaré que cada día que estuve con ellos tres fue maravilloso, pero también fue difícil al principio no encajaba mucho y era muy raro todo esto para, el pensar que tengo otra familia y que está es la verdadera, era confuso.
No quería herir los sentimientos de nadie porque al final no era su culpa pero si quería que todo fuera a su tiempo, en el momento que mi mamá me dijo que viviera con ellos.
Para mí parecer fue precipitado y les compartí mi pensamiento fui directa con ellos sobre mis sentimientos y me negué a su sugerencia, no por ser mala o por ser grosera solo quería procesar todo lo que sucediendo en ese momento, quería seguir teniendo un espacio privado para mí.

Además el lugar en donde me encuentro a sido muy complicado para mí refiriendo al gran esfuerzo y empeñó que he dado por mi hogar y no quiero dejarlo, además de que conservo grandes recuerdos de las personas quienes me criaron, mis padres.

Si! Aquellas personas que hicieron algo muy grave, cosa que no negaré, hicieron algo muy malo que con el tiempo tuvo consecuencias, pero no los culpo del todo realmente no conozco ese sentimiento ni estaba enterada del dolor que ellos sentían.

Hasta ahora después de tres meses sigo recordandolos a ellos, a esas dos personas quienes me regalaron sus mejores momentos y si, sigo extrañandolos, todavía me duele la partida de ellos dos, extraño el dulce olor corporal que mi madre desprendía cada vez que se acercaba a mi, su deliciosa comida casera y como olvidar esa gran sonrisa que me tranquilizaba cada vez que yo me encontraba sensible por un mal momento.
Y como olvidar al hombre que también estuvo ahí para mí, aquel hombre que todos los día me llevaba a la escuela, el cómplice de mis travesuras, el hombre que recibía los regaños de mi madre por haberme inculcando la emoción de ver series y estar horas pegados al televisor, aquella persona que siempre me sacó una sonrisa.
Esas dos personas me dieron los mejores momentos y después de todo lo que hicieron lo sigo queriendo.

Mis padres y Nam me preguntaron cómo eran ellos, el trato me que daban, sus comportamientos que tenían conmigo, No estaba muy segura del porque lo hacían pero no les mentí en ningún momento porque jamás me hicieron algo malo y aunque su momento cuando era pequeña lo único malo que vi era que me pegaran por mi mal comportamiento, -que ahora se los agradezco- estaban sorprendidos, tal vez creyeron que lleve una mala vida y ver sus rostros el día me en que preguntaron me hizo pensar que tenían un mal concepto -no se los negaré y tienen su derecho de haber tenido esos pensamientos-.

Durante estos meses viví muchas emociones, sentimientos que reconfortaban mi corazón y lo anelaban cada vez más, ver sus rostros con grandes sonrisas, escuchar sus pláticas de alguna locura que llegaron hacer, simplemente era lindo.

Y con respecto a Nam pues...
Todo está bien entre nosotros dos, hasta ahora somos muy unidos, cualquier mal momento el tiene la suficiente confianza de contarmelo.
Con el por desgracia he convivido muy poco por su gran apretada agenda, el por más quería pasar tiempo conmigo no podía y no me gusta verlo algo deprimido por eso, así que encontré una solución para el y era en cada ensayo estaría ahí para verlo y apoyarlo, no fue nada fácil pero tampoco difícil hablar con su jefe.

En cuanto a la relación con sus compañeros fue muy difícil para mí, actuar de manera relajada y tranquila cada vez que los veía ensayar alguna canción o bailar, tenía que tomar una postura de autocontrol conmigo misma y no negaré que llegue a un punto en donde quería salir y abrazarlos a todos y gritar como loca lo mucho que los amaba.