¿Me lo metes? | ☾Flexkato☽゜ﾟ°º｡✧One-shot~

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– Hola. ¿Has pensado ya alguna travesura digna de ti? – pregunté, con un poco de miedo. – ¿o me dejarás en paz por esta semana?

– Si crees que lo último es posible es que no me conoces bien, cariño.

– Solo no seas tan malo. – fruncí el ceño. – la semana pasada fue horrible.

– Más bien divertida.

Había sido la reunión del mes. Varios de mis superiores estaban ahí, y Flex, mi lindo omega, no encontró nada mejor que ponerme un cojín tira pedos en mi silla.
No se me ha olvidado la cara de mis jefes. Creo que no sabían si reír, ignorar eso o amenazarme con echarme de la reunión.

No sé si eso fue peor que darme nalgadas furtivas cuando estaba en momentos serios. Ahí también mis jefes hicieron una cara bastante... mmm. Solo sé que mi contrato pasó por momentos difíciles en esas ocasiones.

     
    

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Era lunes. Para mi suerte no había reuniones con superiores esta semana así que lo que fuera que mi esposo planeara, no sería tan terrible... O eso esperaba.

Entré a mi oficina, me senté y prendí el PC. Me habían entregado unos nuevos documentos así que tenía bastante trabajo. Mientras trabajaba, me llegó un aroma a uva de la oficina de al lado. Seguido de esto alguien se asomó por encima del muro.

– ¿Mucho trabajo, cariño?

– Todo perfectamente controlado. – contesté. – ¿y tú?

– Bien, aunque quería decirte que ya se me ocurrió algo para hacer esta semana.

– Dios, ya estoy temblando. ¿Qué será de mí?

– Sé que es muy fácil estimularte. Te dicen "limón" y sientes el sabor en tu boca, te dicen "tengo hambre" y sientes hambre también, alguien se pega y casi parecieras sentir el dolor...

– Es cierto. Ni se te ocurra aprovecharte. – amenacé, consciente de que si ya tenía esa idea en la cabeza sería difícil impedir que lo haga.

– Jeje⁓ Ya verás. – se escondió nuevamente tras el muro de su oficina.

     

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– Muzi, ¿vienes a almorzar conmigo?

– Ehh – miré a los lados, buscando a Flex para avisarle. No lo encontré así que solo me volteé a Trolli y asentí.

Seguramente él ya se había ido a almorzar con Mike o Rius.
La empresa tenía una cafetería, pero muchos preferían almorzar afuera ya que la cuadra estaba llena de restaurantes. Supongo que era un barrio bastante turístico.

Me senté al frente de Trolli y comenzamos a hablar con el camarero, pero de repente sentí el aroma a mi querido peliazul.

– Hola Flex. – saludó mi compañero azabache. – Mike – sonrió.

– Hola – Flex se acercó a mí, casi demasiado. Hasta pensé que me besaría. Le vi sonrojarse antes de hablar y con un malicioso brillo en los ojos lanzó en un susurro la primera bomba de la semana: – ¿me lo metes?

– ¡...! – casi me da un paro. Miré al mikellino pensando que quizás habían escuchado, pero estaban muy ocupados conversando entre sí. – oye... – sentí una erección en mi entrepierna y lancé un gruñido. – sí te aprovechaste, maldito gusano...