Capítulo 6:

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─Hmm... si es Bate de Caramel Avenue...

Mi padre, que pudo escuchar al mayordomo, ladeó la cabeza.

─Tia, ¿no era el nombre de tu lugar de postres favorito Caramel Avenue?

En un instante, los ojos de las personas sentadas alrededor de la mesa se volvieron hacia mí.

─Sí, Bate es el gerente de allí.

Respondí con naturalidad, fingiendo que me limpiaba la boca con una servilleta, ocultando mi expresión facial.

─Pero, ¿qué está haciendo aquí en un momento como éste...? Es imposible que esté haciendo una entrega.

La gente no sabe que Bate es un informante que trabaja para mí. Cada vez que viene. Hace como si viene hacer una entrega de postre.

Pero Clarevan, la única persona en esta mesa, que conoce la identidad de Bate, está mirándome con cara dura.

Algo pasó.

Tal vez Clarevan también lo piense.

Bate, que en principio debía reunirse conmigo mañana por la mañana, vino a verme en persona sin esperar hasta entonces. Aun a riesgo de comprometer su camuflaje.

Levanté por última vez un vaso de agua y dije, enjuagándome ligeramente la boca.

─Creo que ha habido un problema al ampliar el negocio de los restaurantes. Le he dicho que venga a verme incluso después del horario de trabajo. Ha sido el que ha entregado los postres a la mansión una y otra vez desde que era una niña.

─Oh, no. Espero que no sea un gran problema

─Si.

Asentí como si no hubiera pasado nada, pero me levanté enseguida. Y le dijo a Clarevan.

─Por si necesito algún consejo. ¿Por qué no vienes conmigo, Clarevan?

─Ya he terminado de comer, así que hagámoslo.

Clarevan respondió con un encogimiento de hombros deliberado, como si no tuviera opción.

─¿Dónde me espera Bate, mayordomo John?

─Le he llevado al despacho.

Como era de esperar, tiene décadas de experiencia como mayordomo desde el abuelo. No conoce los detalles, pero parece haber notado que Bate no era sólo el dueño de una tienda de postres.

─Vamos.

Al salir del abarrotado comedor y entrar en el silencioso pasillo, los pasos de Clarevan y los míos se hicieron más rápidos poco a poco.

***

Bate sonrió cortésmente al caballero de Lombardi, que estaba de pie en un lado de la oficina observándolo.

Era para vigilar a los invitados que ocupaban solos el espacio de trabajo.

─Supongo que he venido a verla demasiado tarde.

Intentó hablar, pero lo único que recibió de respuesta fue una cara de descontento del Caballero, que parecía decir '¿preguntas porque no lo sabes?'.

Bate volvió a sonreír ante tal caballero y volvió a apretar la mano oculta en la manga. El rostro habitualmente sonriente se sintió incómodo, pero eso era el límite por ahora.

Había un nerviosismo inevitable en los ojos al mirar la puerta de la oficina en busca de signos de movimiento.

Volteó a ver diez veces la puerta cerrada.

Matriarca Vol. 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora