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En medio de lo que probablemente habría sido la mejor siesta que había tenido en semanas, unos alaridos desgarradores lo despertaron agitado. Entre las espesas hojas de los árboles se colaba la luz del atardecer y el ambiente se sentía húmedo.

Su piel se erizo al escuchar otro grito, no pensó en nada, no podía procesar nada. Sólo la angustia de no ver a Toby hizo que el pánico lo aprisionara.

Con sus manos temblorosas tomó el revólver que en otro momento solo le repudiaria con tocar, y salió persiguiendo el origen de los grotescos sonidos. Mientras más cerca estaba los gorgoteos se hacían más fuertes y el olor metálico característico de la sangre se mezcla con la humedad.

Las hojas y nieve crugiendo bajo sus zapatos, y sus sentidos agudizado por el miedo. Incluso escuchaba su propia respiración.

Y lo vio, un bulto desastroso, y ensangrentado agonizando en el suelo. Su equilibrio fallo, sus piernas temblaban pero aún así se arreglo para llegar, y sonará horrible pero ver el cuerpo y no saber quien era lo relajó; que no fuera nadie que el conociera hizo que soltara la respiración contenida, saber que no era ni Brian, ni Toby calmó esa ansiedad que desconoce lo que podría hacer con él, ya perdió mucho no una sino dos veces, permitirlo una tercera lo derrumbaría completamente.

El frío metal contra la palma de su mano le hizo consciente de lo que traía consigo. Suspiro y la guardo en el bolsillo de su chaqueta.

Entonces, miro otra vez a ese hombre agonizando, primero pensó que un animal lo habría atacado pero luego de verlo detenidamente y luchando contra las náuseas, dedujo que era un cazador por la forma en que vestía. Aunque le faltaba el arma.

Su autocontrol tenía un límite, así que sin previo aviso se arrodillo casi entumecido por la fatiga y vomito lo poco o nada que conservaba su estómago. Su garganta quedó dolorida.

Escuchó la nieve crugiendo, y con los nervios de punta se encontró con los ojos avellana de Toby, extrañamente ahogados en un sentimiento que no supo descifrar pero que hizo que sus entrañas se retorcieran.

No podía ver todo su rostro debido al bozal, pero lo sabía, sabía que estaba sonriendo porque encontró su desastre.

- q- ¿Qué fue lo que hiciste?

Toby tomó el rifle que llevaba colgado de su hombro, Tim apenas lo notaba. Ellos no tenían un rifle.

Y apuntó. Tim tembló descontroladamente en su sitio, inmóvil por el miedo inmenso que hacia recorrer su sangre tan rápido.

- Tranquilo, no te muevas.

Tim percibió el tono burlesco en esa oración, humillandolo por su debilidad. Sólo cerró los ojos empapados en lágrimas que ni siquiera podía sentir correctamente debido al frío.

El sonido del disparo hizo eco en el bosque y destrozó por completo sus nervios, pero no sintió nada.

El aire contenido fue liberado entre suspiros temblorosos, tan desorientado sus manos se cerraron en puños buscándo algo de lo que apoyarse.

La bala no era para él, sino para terminar con los quejidos del cazador.

Su vista desenfocada vio un bulto frente suyo, supuso que era Toby. Retrocedió como pudo hasta que sus palmas tocaron algo blando y casi tibio, húmedo. Las náuseas volvieron, no había nada en su estómago.

La repentina oscuridad le hizo levantar la vista y solo pudo gritar cuando Toby lo envolvió en un abrazo. Sus chillidos siendo amortiguado por el cuerpo del castaño que lo mantenía presionado contra el. Lamentables fueron sus intentos de liberarse del agarre, no habiendo comido bien en días y estaba tan sensible con todo lo que había visto, tan débil con las caricias en su cabellera.

- E-entiendes lo que pasó ¿c-cierto?

Miles de ideas corrieron por su cabeza, y es cierto que el sujeto estaba muy cerca. O probablemente traía comida encima, sin embargo, temía responder mal por lo que solo asintió con la cabeza.

- Bien, e-eso es bueno.

Podía escuchar los latidos de Toby, de cierto modo ayudó a relajarlo aunque su cuerpo estuviese tan rígido. El olor de la sangre se hizo más intenso, trataba de ignorarlo mientras Toby seguía enredando sus dedos entre las hebra de su cabello y nuevamente su entrañas se contrajeron haciéndolo estremecer.

Estaba tan mal. Tan enfermo.

Trato de ignorar todo. Hacer como si no hubiera pasado cuando Toby lo soltó y fueron a casa. Se encerró solo durante quien sabe cuánto tiempo.

Toby no pareció darle tanta importancia. Actuó tan normal cuando bajo y le ofreció un poco de comida. Tim ignoró el miedo arrastrándose por su espalda y la estúpida necesidad que se cernía en ideas de volver a sentir las manos de Toby dando consuelo.

Ni siquiera podía verle la cara. Ni siquiera le importaba quien era el sujeto que había muerto, tampoco era la primera vez que veía un cadáver aunque siempre prefería no verlos.

Y cuando Tim termino de comer, sintiéndome más saciado que hace días encontró a Toby recostado en el sofá mirando las llamas de la chimenea, como si fuera lo más interesante del mundo.

Nuevamente, como si no hubiese acabado de comer, sus entrañas se revolvieron. Sintió asco de sí mismo.

Si Toby se atreviera a preguntarle ¿Qué fue lo más desagradable sobre lo que pasó?

Respondería tan crudamente honesto que fue la erección que tuvo cuando lo atrapó entre sus brazos y el olor de la sangre impregnado en su ropa.

Estaba tan enfermo por haber disfrutado del miedo y la debilidad, tan desagradable porque sintió la necesidad de saber cuántas veces hundió el hacha en la carne del sujeto, la terrible ansiedad de querer verlo hacer eso.

Corrió encerrandose en la habitación más alejada de Toby mientras la ideas fluían en cascada.

La sangre salpicada en su ropa por la brutalidad del golpe y los jadeos debido al esfuerzo del movimiento.

Era tan fácil perderse en ese hilo de escenarios que lo llevan al extasis para luego dejarlo estrellarse en la culpa.

¿Qué tan mal debía estar para haberse masturbado con esas ideas?

No quiere ni pensarlo, así que busca algo con lo que limpiar su penoso desastre.

• Useless • [ TicciMask ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora