-Porn industry perks- minsung

Porn Industry Perks

Se encontraba en las puertas de ese pequeño estudio en L.A, más que un estudio, el epicentro de las fantasías de millones de personas. Un lugar que parecía cualquier estudio de grabación en la ciudad, pero, como dice el dicho, las apariencias engañan, ya que su interior estaba conformado de varias habitaciones, escenografías, las cuales se utilizaban para distintos rodajes, rodajes que el 99% de la gente se topa más de una vez en un video porno, un salón de clases, una oficina, e incluso una habitación específica para fantasías más salvajes, pero Minho podría excusarse de cualquiera de esas, por ahora.

Minho, un chico totalmente inexperto en el mundo de la pornografía, apenas había escuchado las instrucciones que le habían dado por teléfono y ya sentía un nudo formándose en su estómago.

24 años, asiático, buen cuerpo y queriendo ganar un par de dólares extra. Su roomie y rápidamente amigo, Félix, le había hablado del enorme negocio que era para las compañías la contratación de chicos como él, reemplazables, ningún tipo de contrato engañoso y la basta cantidad de 5 mil dólares por video.
El pelirrojo no estaba del todo convencido, sino hasta ver la cantidad de cosas que presumía su amigo rubio cada que su cuenta de banco crecía. Un poco de celos y Minho ya estaba enviando un correo con toda su información a la dirección que Felix le había dado.

Entró por las puertas de vidrio a una recepción demasiado normal para lo que contenía detrás de ella, música de elevador sonando de fondo, una sala con sofás que se veían increíblemente cómodos y una pequeña pecera en la esquina, parecía más una sala de espera de su dentista que lo que en realidad era.

Una chica detrás del escritorio tecleaba en su computadora mientras compartía una conversación con alguien por el teléfono, sin notar la llegada del chico.

Paseó un pie sobre otro incómodamente. Ya había tomado una decisión, la cual le costó 3 semanas tomar, dinero fácil era dinero fácil, pero ni siquiera cinco mil dólares podían quitarle los nervios que sentía por lo que se aproximaba, o más bien, el no saber que carajos iba a pasar. ¿Cuántas horas tendría que estar grabando? ¿sentiría placer o tendría que fingir? ¿Tendría que hacerlo sin condón? Lo tercero definitivamente era un no rotundo, y por último, ¿grabaría con alguien atractivo?

No era tonto, sabía que a menos que estuviera haciendo una película porno "profesional", las posibilidades de estar con un hombre decente en tu primera vez era más que nula, Félix lo sabía bien, por lo que le había contado.

Finalmente, la mujer colgó el teléfono y dirigió su mirada a Minho, escaneándolo rápidamente encima de sus lentes y al final dándole una sonrisa amable.
- ¿Casting de las 3:30? - Preguntó, levantando una hoja que contenía una larga lista de nombres seguida de horarios. Mucha demanda al parecer.
—Si, soy Minho- dijo con falsa seguridad. Se preguntó si la chica podría notar su nerviosismo.
-Bueno, Minho, bienvenido, te daré el resumen de lo que harás- se paró de su silla y se encaminó por el único pasillo en el lugar, apenas dándole tiempo a Minho de seguir tras ella.
-Es lo más básico del porno en estos días, "castings" está literalmente en la palabra. Te presentarás con un productor, el cual grabará todo el tiempo contigo, a veces te preguntarán que es lo que sí y no puedes hacer, otras veces solo inician y esperan que tú hagas un buen trabajo- dio un giro por otro pasillo y abrió la primera puerta de este.
-Te recomiendo que solo actúes tranquilo, la filmación no para, entonces llévalo con calma, aunque Jisung te guiará en todo, él siempre hace eso-
-Jisung es el hombre con el que...? -
-Mhm, él llegará en 10 minutos así que solo prepárate y espera- dejó que Minho entrara al cuarto y se despidió para después cerrar la puerta, desapareciendo detrás de ella y dejándolo completamente solo en la, ¿sala? ¿oficina? probablemente una combinación de ambas.

Había tres sofás, dos de estos individuales y otro mucho más grande que a la vista parecía cómodo, a un lado había un escritorio de madera y detrás de este una estantería con libros que podía apostar eran falsos.