ⵌ  WOLF GAME % 𝗦𝗢𝗢𝖩𝖴𝖭 ⬩

ʕ•̫͡•ʔ ★ 𝘧𝘪𝘷𝘦 ۰ . ݁ ٬

Los días pasaban, y el hecho de encontrarse con Soobin se volvía cada vez más seguido, al igual que escuchar los llantos y lloriqueos de su mejor amigo, preguntándose porqué tuvo que separarse de la única persona que amaba.

Pero volviendo con los encuentros entre estos dos, ahora era Yeonjun quién ignoraba a éste, no iba a dejar que lo humillaran de nuevo; Soobin se había dado cuenta de que el pelirrojo le estaba haciendo la ley del hielo y eso lo enojaba.

Extrañaba la tímida mirada del más bajo, pero no podía hacer nada, no quería pedirle perdón ya que él no había hecho nada malo... ¿verdad?
Se estaba cuestionando sus emociones, no podía creer que esté pensando en disculparse, pero no entendía porqué, sólo le había hecho una broma.

Una broma de mal gusto.

En ese momento no pensó en los sentimientos de su contrario, sólo quería molestarlo un poco porque no sabía de que otro modo le podía sacar un poco de conversa, quizás si había sido el culpable del notorio enojo de Choi.

— ¡Soobin! — Conocía esa voz, era su dulce novia, Lia, una linda y amistosa chica, estaría toda la vida agradecido de conocerla, la quería bastante. — ¿En qué piensas tanto? te he notado bastante callado.

Han estado juntos por casi un año, son la pareja perfecta, así que no podía mentirle, de una u otra forma terminaría descubriendo que está ocultando la verdad.

Sintió como una suave mano acariciaba su cabello, amaba el tacto de ella, los abrazos, los besos, los cariños, etc.
Todo de ella era perfecta, le tenía un cariño muy grande.

— Pues... mira, hice algo malo y una persona se enojó conmigo. — Empezó a jugar con sus manos, intentando explicarle a la joven. — Y quiero pedirle perdón, pero no sé que hacer, casi nunca pido perdón y él es un caso especial.

Lia dejó de pasar su mano por el cabello contrario, y se concentró en las palabras de su novio. — ¿Un caso especial? ¿por qué?

— A él le gustan los chicos, y no quiero que piense mal de mí, no quiero que crea que yo soy igual a él. — Estaba susurrando, intentando que nadie los escuchara, pero al elevar la mirada notó la decepción de Lia.

— No puedes decir que es un caso especial, ser homosexual no es una enfermedad o algo así, debes entenderlo, muchas veces hemos hablado de esto. — Su tono de voz había cambiado, era más serio y frío, sólo le hablaba así cuando estaba enojada o molesta.

— Lo sé, pero, agh. — Echó su cabeza hacia atrás, pensando en qué decirle, ya lo había echado a perder. — Todavía siento que son un poco raros.

— Eres tan... — Calló, antes de decir una palabra más. — Vas a ir a disculparte ahora mismo con él, lo abrazarás y le dirás que lo sientes.

— No haré eso, quizás me contagie su enfermedad.

Su chica era totalmente terca, si alguien le decía que algo era rojo, pero ella lo veía azul, se quedaba como azul, porque nadie puede vencerla en un debate.

Así que le dijo a la chica que iba ir dónde el famoso pelirrojo y lo iba a abrazar, cosa que no es cierta, solo iba al mismo baño de siempre para perder su tiempo ahí.

Cuando estaba entrando, se encontró con dicha persona de la cuál habla mucho.

Se miraron por breves segundos, hasta que se escuchó un grito dentro del baño.

— ¡Yeonjun, espérame! — No era nadie más, ni nadie menos que un chico que siempre acompañaba al mayor.

— Oh, cuidado, que vienen los raros de la escuela. — No sabía porqué dijo eso, pero ya fue, lo dijo.

Debía mantener una postura fuerte, no quería aparentar interés, aunque estaba apunto de ceder a lo que dijo su novia.

El pelirrojo solo empezó a caminar, ignorando los gritos de su amigo diciéndole que lo espere, pero alguien fue más rápido, y ahora se encontraba siendo abrazo por el homofóbico de Soobin.

Ninguno de los dos entendía lo que estaba pasando, pero se sentía bien, hace mucho no se abrazaban.

El último abrazo de ellos dos fue cuando tenían cinco o cuatro, Yeonjun se había caído, así que Soobin se abalanzó y lo abrazó.

Pero ahora estaban en silencio, aunque sólo era el más alto el que abrazaba al otro, mientras que Yeonjun enterraba su rostro en el cuello contrario, dándose cuenta de que el olor de Soobin era completamente único y lo relajaba en cierta forma.

El aroma del lobo.

El Choi menor pensó que iba a estar incómodo, pero al contrario, se sentía bien.

— Lo siento, no quise herir tus sentimientos.

— No te preocupes, lo del baño se puede olvidar. — Soobin no se refería a sólo el daño del baño, él también estaba pidiendo perdón por dejarlo solo cuando más lo necesitaba, pero prefería no decir nada.

Se separaron, aunque su silencio cómodo no duró mucho tiempo.

— Vaya... esto es muy tierno. — Beomgyu sonreía levemente, ganándose una mala mirada de ambos, por lo cuál su sonrisa se desvaneció. — Está bien, lo siento.