Eres la tapa de mis bolígrafos. La pareja perdida de mi calcetín roto. La mitad de mi media naranja que acaban de exprimir, a la que se le van las vitaminas. Las cenizas de Pompeya cubriéndome de polvo, para que me lo quites despacio. La niebla de Londres, densa y en mi cabeza. El fuego de Troya ardiendo en mi corazón. El frío de Alaska congelándome a cada adiós. La porción de odio que hay en el amor. El roce que se hace herida.
Eres, fuiste y serás, mucho más que estas palabras vacías.