-Aún perdida en la oscuridad, te pude encontrar y verte brillar-.
-¿Quién es ella?-le pregunto a Phill, con la bandeja de comida entre las manos, parado en frente del mesón vacío del comedor, en donde se encuentra sentada la chica solitaria que llama mi atención y que no despeja la vista de su libro de álgebra. Nos ignora y pretende no ver a nadie del comedor, técnicamente es sólo ella y ese centenar de páginas con muchos números y problemas.
-Es nueva, la transfirieron desde Ohio-responde, dejando su bandeja de comida sobre el mesón de más allá, junto a un par de chicas que presume conocer. Hago lo mismo e intento entablar una conversación agradable con las chicas que insinúan conocerme y estar interesadas en mis problemas, y en lo aburrido que fue mi fin de semana en casa de mis tíos, aún así se ríen y se turnan para cruzarse de piernas, una tras otra, como si estuvieran programadas desde la fábrica para coquetear con los chicos e intentar hacerles ver que les interesas. Por más que trato –y ellas lo hacen también-, no logran que no pueda mirar sobre sus hombros, donde está sentada un poco más atrás "la chica". Muevo los fideos de un lado a otro del plato, mientras observo cómo se para y toma su libro de álgebra, metiéndolo en su bolso y pasando rápidamente junto a nosotros, sin ni siquiera desconcentrarse de sus zapatos, la miro por el rabillo del ojo mientras se marcha del comedor y, una vez que sale de mi radar, me concentro en comer los fideos con carne después de mirar hacia atrás por última vez.
El salón de clases se desocupa una vez anunciada la salida con el ruidoso timbre de la escuela, salgo despavorido, -totalmente asqueado por la aburrida clase de física- y me adentro por entre medio de los otros alumnos que intentan salir vivos del pasillo principal que lleva a la salida. Doy un par de tropiezos, recibo unos golpes en mi espalda y en mi codo, y de vez en cuando recibo algunas pisoteadas de mis compañeros. Cuando finalmente soy desprendido del interior de la escuela, la multitud de gente me da una gran alentada hacia el exterior del campus, donde no alcanzo a localizar a Phill ni a sus engreídos amigos. Agarro uno de los tirantes de mi mochila y me encamino hacia el estacionamiento, esquivando a toda la gente que se me cruza, agarro fuertemente mi gorra que evita que los fuertes rayos aterricen en mi cara y examino a mi alrededor. Phill no está por ningún lado así que decido esperarlo junto a una de las tantas palmeras de la entrada, mientras mi amigo se digna a aparecer para que lo lleve en mi camioneta a su casa. Observo y observo cabezas totalmente desconocidas, y que de vez en cuando se me acercan para saludarme, pero no puedo corresponder a sus saludos, porque desde lejos diviso a la chica del comedor, caminando sola, con un par de libros entre medio de los brazos que no despega de ella misma por nada en el mundo, camina lentamente y enfoca la vista a sus zapatillas gastadas, mientras hace desaparecer al resto del mundo al pasar junto a ellos. El corazón me empieza a latir a mil por hora y la alta temperatura de la tarde hace que me transpire cada zona del cuerpo, tanto como para que esta me impida pensar lo suficiente como para planear ir a hablarle, empiezo a mover los dedos descontroladamente mientras se acerca más y más a la palmera en donde estoy apoyado, me inquieto y me arranco la gorra de un tirón, haciendo que se caiga junto a mí, la recojo y cuando recobro la compostura ya es demasiado tarde como para acercarme a ella. De reojo la veo pasar junto a mí, sin tener la mínima intención de mirarme ni de fingir que no me ha visto recoger mi gorra de la escuela, porque simplemente no lo ha hecho; exactamente funciona como un robot, sólo mira lo que mira y nada más allá, sólo se enfoca en lo que ve, se encierra en cuatro paredes y deja a todos afuera de esta, se excluye a ella misma y a la vez excluye al resto; cerniéndose en una soledad y concentración profunda, lo que le permite al resto catalogarla como una chica totalmente introvertida. Puede que para el resto ella sea la invisible, pero para mí, ella hace invisible a todos los demás que se encuentran cerca, simplemente cuando aparece, completamente solitaria, mis ojos sólo se enfocan en ella y en nadie más, es como si instantáneamente mis cinco sentidos quisieran verla, sentirla, olerla, tocarla, probarla y escucharla sólo a ella.