Capítulo 1: El engaño

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Descargo de derechos de autor: Percy Jackson y su mundo no me pertenece. Harry Potter y su mundo tampoco me pertenecen, esto es un crossover de ambos con mis ideas, pero los mundos antes mencionados les pertenecen a sus autores.

En una cantina se hallaba un hombre de cabellos azabache, ojos color avellanas, y piel bronceada bebiendo en Estados Unidos.

¿La razón?

Su prometida era estéril, no la amaría menos, no la culparía por algo que está fuera de sus manos. Pero eso nunca quitó ese sentimiento en su pecho de saber que jamás sería padre. Si tal y solo tal vez podría adoptar, pero los niños huérfanos mágicos eran escasos, eran apreciados en la comunidada mágica y hoy en día muchas brujas eran estériles y los magos fértiles casi no se encontraba aunque el era uno. Pero ¿no podría engañar a su esposa o si?, que estupidez si quiera pensarlo.

Se encontró en Estados Unidos en una pequeña mansión Potter, claro lo más pequeño que podría ser una mansión de sangre pura ricos, quería tiempo para pensar en nuevos aires, su esposa estaba en la mansión y el aquí bebiendo alcohol.

La puerta de la taberna se abrió, una rafaga de frio entro antes de volverse a cerrar. Escucho suspiros solo miró su copa en sus manos antes de beberla de un trago y hacerle seña al cantinero por otra el cantinero rellenó su vaso. Alguien se sentó a su lado. Levantó la cabeza para  dejar escapar un tembloroso suspiro.

Cabellos negros como la noche con destellos azulados que chocaban con la luz de la luna que florecía de una de la ventanas, Piel de porcelana pálida tan suave tan perfecta, labios carnosos rojos que lo llamaban lo tentaban a solo acercarse un poco más para probarlos, Un iris único juraba ver combinaciones antes asentarse a un verde un verde que conocía muy bien por esa maldición que tuvo que esquivar varias veces mientras luchaba un verde Avada aún más brillante. Pómulos altos y aristócratas, nunca había visto tal belleza exótica bajo la cabeza a su copa tomó de nuevo y pidió rellenarlo al camarero.

 Subió de nuevo la cabeza para ver al extraño su iris era ahora gris, otro trago pidió más al cantinero. Esa aura dominante y a la vez pasiva, oscura ,tranquila como el mar, persuasiva, una calma que siempre viene antes de la tormenta, un aura de sabiduría y poder, Un aura divina que combinación de tan solo pensarlo el aliento salió de sus pulmones. Jamás vio algo como esto.

No sabia como pero se encontraba jadeando de placer pidiendo por más y su único pensamiento antes de caer en la oscuridad de la penumbra de placer fue 'La engañe, pero probé esos labios, toque esa piel, acaricie su cabello y me sentí uno con su aura, con su poder, con el. La engañe y  reconozco que lo volvería hacer con tal de volver a sentirme completo otra vez. Te engañe y lo haría otra vez'.

Natus, Uit Ait. Natus VincereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora