El miedo inundaba cada parte de su ser. Pequeñas gotas de sudor bajaban por su nuca, su respiración se cerró al escuchar cerca unas pisadas caminando por el pasillo. El sonido metálico siendo arrastrado por el suelo causó escalofríos helando sus manos y pies. Recordó lo que sucedió anteriormente, el color carmesí manchando toda la habitación.
No debió despertar.
No debió ser tan curioso.
No debió de confiar en él.—Vamos, sal de donde estés— Su cuerpo tembló de solo escuchar esa voz con ese tono juguetón que solía usar solo ocultando sus verdaderas intenciones. Era alguien tan oscuro y retorcido, si alguna vez se le hubiera pasado por la cabeza saberlo. Jamás dejaría que se le acercará, hubiera huido cuando antes— Yuuji— Mencionaron su nombre de nuevo, soltó un jadeo cuando azotaron una puerta— Ah, vamos, vamos. Sabes que no estoy para juegos— La dulce voz bajo su tono, Yuuji se tapó la boca para evitar soltar algún otro sonido. Podía escuchar sus latidos desbordarse, estaba realmente asustado.
No tenía donde huir.
Estaba acorralado.La puerta hizo un chirrido al abrirse, todo esto parecía una maldita película de terror. En la que efectivamente terminabas muerto. Al estar escondido debajo de la cama, solo pudo quedarse helado viendo los zapatos negros entrar a la habitación. Uno, dos, tres pasos y se quedó quieto.
Esta vez él no dijo nada, solo entró y dio unos pasos por la habitación rodeando la cama hasta detenerse cerca a la mesita de noche. Pareció tomar algo botando a la vez una fotografía al suelo.
Se le corto la respiración.
Sabía que al momento de agacharse y tomar la foto, se daría cuenta de su lugar de escondite.Yuuji cerró los ojos con fuerza queriendo volver en el tiempo, no quería esto, quería volver ver a su abuelo con vida, sus amigos. No quería estar encerrado aquí, con este psicópata. Ni siquiera supo en qué momento cambió todo.
Nunca pidió ser la presa de un lobo hambriento.
—Dejó la ventana abierta— Frunció el ceño al escucharlo. Trago duro y soltó un poco de aire por la boca. Decidió abrir los ojos cuando escucho los pasos moverse. Por su mente paso el pensamiento que él pensaría que se escapó por la ventana y se iría de la habitación.
Todo sentimiento de aquella pizca de esperanza se esfumó cuando sus ojos se toparon con esa mirada tan cristalina, unos ojos como el mismo cielo. Tan majestuoso, tan terrorífico a la vez. Una sonrisa adornaba ese rostro angelical, no era más que una falsa personalidad ocultando su verdadero yo.
Deseo estar muerto.
—Te encontré, Yuuji.
Rodó para intentar salir del otro lado de la habitación más sintió un agarré en su tobillo, una mano lo jalaba para sacarlo debajo de su escondite. Su dedos intentaron tomarse de algo más sólo se hacía daño rasguñando el suelo. Pateó con ambas piernas, no dejaría ser atrapado fácilmente. Supo que logró darle en el rostro cuando esté soltó maldiciones por lo bajo.
—No me hagas enojar, Yuuji— Él joven fue expuesto y sacado debajo de la cama. Pudo ver en el rostro de Gojo el golpe que le había proporcionado con el pie, su mandíbula estaba roja en parte— Realmente, tendré que castigarte después.
Itadori no era alguien que se dejara intimidar fácilmente, aunque en estos momentos sentía toda la adrenalina correr cada célula de su cuerpo. Con su pierna volvió a golpearlo en el estómago mientras estaba distraído, logrando tirarlo hacia atrás contra uno de los armarios que había.
Al instante salió corriendo, pasó de largo dos de esas habitaciones abiertas hasta llegar a la sala. Un jadeo lastimero salió de sus labios al volver a ver el cuerpo de su abuelo tendido boca abajo. Había tanta sangre salpicada, su cuerpo tembló. Sus piernas se movieron al escuchar un estruendo viniendo de los pasillos, se había levantado. Claro, ni siquiera logró noquearlo.
Debía salir de aquí.
La puerta del departamento, cuando su mano tomó el pomo no se movió causando inquietud en su pecho. Frunció el ceño, de pronto escuchaba una risa burlarse de él. Extrañó. Esa risa parecía pertenecer a nadie. Aún así, volvió a escuchar una voz socarrona hablar en su cabeza.«Detrás de ti, mocoso»
Apenas y vio venir el fuerte golpe que recibió su rostro, todo su entorno se volvió borroso. Llevó una mano hacia su nariz la cuál sangraba, el siguiente golpe no lo sintió. Simplemente su consciencia se apagó llevándolo a una densa oscuridad.
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Panic room
Fanfiction"Si una persona ama solo a una persona y es indiferente a todos los demás, su amor no es amor, sino un apego simbiótico o egoísmo ampliado"