Alone

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La vida siempre te da innumerables heridas, heridas que con el tiempo han de cicatrizar, de eso estaba seguro Han Jisung. Él aprendió desde muy joven que vivir tiene un precio muy alto, que solo podías pagar con el sacrificio.

Cuando cumplió los nueve años, fue consciente del mundo y la maldad que había en este. A sus diez sufrió al saber todo lo que debían trabajar sus padres para costearle una buena educación. En su cumpleaños número quince, deseó ante a las velas de su pastel, poder darle una buena vida a sus progenitores. Con tan solo dieciocho años, ya no solo estudiaba; ahora trabajaba de medio tiempo, para contribuir en los gastos de la casa. Y, finalmente con diecinueve años conoció el amor por primera vez.

Lee Minho, así se llamaba el chico que había ocupado su corazón; un compañero inigualable, y amigo sincero, quien se convirtió en su soporte frente a las dificultades que constantemente atravesaba. Lee siempre estaba para él, por lo que Jisung confió en este como nunca lo hizo en nadie más.

Resultaba gracioso ver lo bromistas que llegaban a ser ambos cuando estaban juntos. En ocasiones, Jisung se comportaba de forma torpe y reía por banalidades. Mientras que Minho disfrutaba cada vez más la compañía de aquel bien conocido como ardilla, puesto que intentaba siempre hallar la manera de hacerle sonreír.

El tiempo pasó, y pasó, y su amistad evolucionó a un sentimiento mucho más fuerte. Ellos ya no eran amigos, no podían considerarse como tal, pues bien sabían que algo más había crecido en su interior; el amor los llenaba. Iniciar una relación no les fue fácil, pero tampoco imposible, por lo que de inseparables amigos se convirtieron en entrañables amantes.

Todo entre ellos era especial y único, incluso envidiable para quienes les veían. El uno era la perfecta complementación del otro. Crearon entre ellos un vínculo increíble, en el cual las palabras no eran necesarias para entenderse.

En ocasiones discutían por lo celoso que podía llegar a ser Minho, pero al final del día, ambos reían de las acciones que Lee tomaba, pues era imposible negar lo gracioso que este era en sus ataques de posesión.

No había nada que pudiera afectar o romper el lazo que les unía; los dos eran demasiado felices juntos. Sin embargo, la vida es difícil, y en cierto momento de su relación, Jisung empezó a sufrir ansiedad con algunos indicios de depresión. La falta de posibilidades, problemas económicos e incluso familiares, comenzaban a afectarle, puesto que era una infinidad de problemas, y pocas soluciones para cada uno.

No obstante, Minho estaba allí junto a él, siempre apoyándolo, brindándole palabras de consuelo y aliento, sin permitir que decayera en ningún momento, prometiendo que nunca se separarían, que seguirían luchando hasta el final. Jisung simplemente lo amaba demasiado. Depositó en él toda su confianza. Entregó su corazón a Lee Minho.

Desgraciadamete nada ocurrió como ambos tenían planeado, pues no todas las promesas pueden ser cumplidas. Un día Minho se marchó, dejando atrás todas aquellas palabras incumplidas, las cuales ahora se sentían vacías, y carentes de algún significado.

-¿Por qué te fuiste? -preguntaba Jisung entre lágrimas cada noche, sabiendo que la respuesta nunca llegaría.

La vida golpeó sumamente fuerte a Jisung. Sus heridas tardarían mucho en cicatrizar. El hecho de que Minho lo hubiera dejado atrás, sin ninguna justificación siquiera, solo y sin apoyo, quedándole un gran hueco en su pecho, fue demasiado para un alma tan afligida como la suya, la cual sin poder más, se hundió en la depresión. Entonces comprendió, entendió que esas son cosas que podrían suceder, porque la vida es así de impredecible, que solamente podía confiar en sí mismo, pues él era su único amigo, y la soledad su mejor compañía.

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