Wen Kexing está sentado en el piso superior de una posada en algún lugar del Jianghu, hay una copa de licor claro en su mano y la llovizna ligera ha empezado a caer poco antes de que anocheciera. Hay suficientes platillos dispuestos en la mesa, la mayoría de ellos desaparecieron entre los palillos de Zhou Zishu y su pequeño discípulo Zhang Chengling, ninguno de los dos es tacaño con la comida.
Repentinamente mientras parte la cáscara de las nueces, Wen Kexing recuerda vagamente la noche donde vió los clavos de TianChuang unidos a la carne del cuerpo de Zhou Zishu como un recordatorio latente de que algún día la luz de sus ojos se apagaría como la llama de una vela a la que ya no le queda cera, solo para dejar tras de sí el humo del anhelo que Wen Kexing guardaba silenciosamente en su corazón, lejos de su descaro habitual.
Recuerda la lluvia fría del otoño que subió por su columna besando su piel y arrastrando con ella las lágrimas que derramó en silencio. Wen Kexing recuerda muchas cosas, pero actualmente ninguna de ellas le sirve para mantener junto a él a la persona que quiere, ni la tristeza ni la culpa y menos el arrepentimiento.
La idea de sentir culpa por algo que no puede controlar hace que a Wen Kexing le duela la cabeza, pero tampoco puede dejar de hacerlo.
Sus manos se deslizaron por la mesa y la flauta de jade que Gu Xiang había comprado recientemente se sintió suave entre sus manos, la colocó con delicadeza frente a sus labios y dejó que la suave melodía fluyera desde el interior del local hacia afuera, mezclándose con el viento frío del otoño que mecía las linternas colgadas en los techos.
Zhou Zishu se quedó de pie en la puerta, sosteniendo una jarra de alcohol barato mientras miraba tranquilamente al intérprete vago y desvergonzado frente a él. Sus delgados labios estaban pintados en el borde con el color rojizo del vino.
"¿Te vas a quedar ahí parado?"
Zhou Zishu sonrió y negó con la cabeza. "Zhang Chengling está abajo, ¿Vienes?"
Wen Kexing sacó una bolsa del interior de sus túnicas y dejó el dinero de su comida sobre la mesa. "Por supuesto, A'Xu, ¿No sería descortés de mi parte rechazar una invitación de tu parte?"
Zhou Zishu chasqueó la lengua y cruzó los brazos sobre su pecho. "¿Quién te está invitando a seguirme? Quizás no lo sepas señor filántropo Wen, pero a esto se le llama buscar una niñera"
Wen Kexing lo apuntó con la flauta en su mano, actuando como si hubiese sido ofendido sin remedio. Sin embargo, realmente no podía reprocharle nada a esta persona, así que simplemente lo ignoró con una sonrisa y siguió sus pasos.
Abajo, la multitud seguía yendo de un lado a otro, cargando granos en sus bolsas después de las cosechas y también vendiendo comida en la calle. Los faroles de papel y los pasteles de luna decoraban las mesas de los restaurantes y el bullicio festivo de las calles hacía que el rostro de Zhang Chengling luciera menos demacrado, al menos era un poco de emoción visible en sus turbulentos ojos de niño.
Zhou Zishu caminaba bebiendo tranquilamente como si su vida no fuese a extinguirse en cualquier momento, como si no hubiese ninguna preocupación nublando su mente, como si su cuerpo estuviese flotando sobre agua cristalina.
En su corazón, Wen Kexing no pudo evitar compararlo con las hojas de los árboles que ya habían comenzado a caer, simplemente dejándose arrastrar por el viento otoñal sin temer por el lugar donde iban a parar, o por las aguas frías de los lagos.
Los ojos entintados de Zhou Zishu reflejaban el sol dorado de la tarde y su cabello negro ondeaba cuando el viento se colaba entre sus hebras negruzcas, Wen Kexing podía ver los colores rojizos y anaranjados de la época brillar contra su piel, ante sus ojos, esta persona era distante como la primavera del invierno, pero al mismo tiempo cálida como la luz dorada del sol y como el rojo de las hojas que lentamente se marchitaban abrazadas a las ramas de los árboles.
Wen Kexing casi puede sentir como las hojas de arce se burlan en silencio de él, casi puede sentir la amargura de la envidia arrastrándose hacia la parte posterior de su garganta, recordándole que sus manos le duelen por querer tocar a Zhou Zishu, por acariciar sus mejillas y comprobar si son tan frías como parecen ser, por sujetar sus manos y sentir los bordes de sus nudillos. Wen Kexing quiere desesperadamente ser como el rocío de la tarde que puede adherirse a la tela de las túnicas de Zhou Zishu e impregnarse su aroma y humedecer su pelo sin pensar que en cualquier momento puede romperlo como cerámica. A Wen Kexing realmente le parece lamentable su propia miseria. Las estaciones siempre cambian frente a sus ojos del mismo modo en que la noche se hace día. Y sin embargo, tiene miedo de que está vez el otoño se lleve todo, teme que Zhou Zishu se desvanezca en el aire, teme sentir que su desesperación no sea suficiente para retener a esta persona entre sus brazos, que no pueda frenar el cambio de las estaciones para mirarlo un poco más.
Zhou Zishu golpea suavemente el hombro del Señor del Valle, hay una pizca de duda coloreando sus pupilas, brillando con una especie de preocupación muy suave y el calor de su cuerpo sigue ahí. La voz de Zhou Zishu empuja a Wen Kexing de vuelta al ruido, al dulce que desprenden las granadas en los árboles y al olor de la grasa y el azúcar. La llovizna ha dejado de caer hace unos pocos segundos.
Zhang Chengling también ha dejado de caminar, Wen Kexing sabe que probablemente le duelen las piernas pero es demasiado tímido para decirlo y que solo está aprovechando la pequeña distracción de su Shifu. Pero Zhou Zishu no es tonto y sabe lo que está haciendo, solo le está dando un respiro al niño.
"Lao Wen... ¿Todo bien?"
"Por supuesto A'xu..."
Wen Kexing le devuelve una sonrisa. Realmente no está bien, pero cree que no existe una razón para sentirse mal, cree que todo lo que ha estado pensando es demasiado lejano. Cómo si él no fuese quien está agobiado. Entonces hay algo que calienta a Wen Kexing desde sus costillas y que hunde su estómago, la nostalgia agridulce se derrite en su lengua. Él realmente quiere a Zhou Zishu y eso es todo lo que le importa aquí y ahora. Solo son ellos compartiendo una caminata junto a un niño, pero están vivos, el sol les golpea la piel mientras las nubes se dispersan y aún más licor para compartir durante el Festival del Medio Otoño... Aún queda un poco de color antes de que lo cubra la nieve del invierno, Zhou Zishu también sabe esto. No importa si mañana todo se convierte en una ilusión, el otoño también puede ser hermoso más allá de la nostalgia cuando Wen Kexing tiene a alguien a su lado, cuando el anaranjado pinta sus sonrisas. Tomará lo que Zhou Zishu quiera darle, comerá pasteles junto a él y le dará granadas a Zhang Chengling, los reunirá junto al lago para cenar está noche.
Y así, mientras caminaban sobre las hojas que crujían bajo sus pies, Wen Kexing se encontró a sí mismo cayendo en la sonrisa liviana y despreocupada de Zhou Zishu, cayendo de la misma manera en que caen las flores de los ciruelos en otoño, cayendo en la curvatura de sus labios.
Cayendo por él, por su sonrisa burlona y sus ojos gentiles.
~ Kuaishan 🍂
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Hola k tal JAJAJA
Después de mucho tiempo volví a publicar algo (ノ゚0゚)ノ~
Este es uno de los primeros borradores para el Four Seasons, a Word of Honor zine (Un fanzine de Woh, en el que tuve la fortuna de colaborar), la versión que salió en físico es un poco más corta, aún así espero que les guste estrellitas! Gracias por leer ( ╹▽╹ )
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Falling Into Your Smile [WenZhou]
FanfictionY así, mientras caminaban sobre las hojas que crujían bajo sus pies, Wen Kexing se encontró a sí mismo cayendo en la sonrisa liviana y despreocupada de Zhou Zishu, cayendo de la misma manera en que caen las flores de los ciruelos en otoño, cayendo e...