Es que soy un ángel -se rió y miró nuevamente al mar.
-Te brillaron los ojos.
-¿cómo?
-Te brillaron los ojos cuando dijiste que eras un ángel -lo dijo, mirándola con interés cauteloso.
-¿Qué dices? -rió sin creer a dónde iba la conversación, pero no la cortó-. ¿Qué acaso no se nos brilla los ojos de vez en cuando?
-No así. Conozco de brillos, de iluminación, de la tardanza que es poner la iluminación, soy una danzante. ¿Eres un ángel, María? -preguntó sin reírse, y llena de curiosidad, cierta desconfianza y con atisbo de duda.
Se giró la muchacha a verla y borró su sonrisa.
-¿Cómo puedo serlo? -sonrió de nuevo, riéndose-. Soy tan imperfecta.
-Eres diferente, te sientes diferente.
-Todos lo somos.
Ambas miraron al mar, después miró a María y sonrió, se vieron, sonriendo en el beso corto con ternura y sabiendo lo que eso significaba. El tema del angel jamás se volvió a tocar, tampoco ellas volvieron a coincidir.
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Escritos
Mystery / ThrillerDiversos relatos que sueño o que se me vienen a la mente, silenciosos.