Disclaimer: los personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.
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En el amanecer del tres de julio, Neji Hyūga estaba sentado en el jardín con los ojos cerrados. La suave y fresca brisa del verano lo acariciaba y brindaba una serenidad especial al ambiente. Había estado lloviendo toda la semana, pero esa mañana el Sol se había abierto paso entre las tumultuosas nubes.
De pronto, a su espalda unos brazos se deslizaron en una suave caricia desde sus hombros, hasta sus codos y luego a su pecho, donde se detuvieron dando un abrazo.
La mujer recargó su cabeza en el hombro de Neji, y le habló con dulzura al oído: —Neji-niisan, ¿me estuviste esperando?
—Como dije que lo haría, Hinata-sama.
—Gracias... En realidad quería decirte algo y no podía esperar.
—¿Qué es...? —había girado hacia ella, en un intento de por fin verle el rostro, pero a penas volteó su cabeza, Hinata atrapó su boca y le dio un suave beso.
—Feliz cumpleaños, Neji-niisan —. Entonces Hinata recargó su cabeza en la espalda de Neji, quien la sintió aspirar su aroma, y luego habló como escondiendo su voz: —Yo... cada día agradezco que sigas aquí conmigo, y me temo que tendrás que escucharme cien veces decirte que estoy feliz de... de que estés vivo.
Neji había vuelto a mirar al frente. Un rayo de suave luz acababa de filtrarse de una oscura nube, y le dio de lleno en el rostro. Trataba de mantener la compostura, pero era evidente que una sonrisa batallaba por formarse en sus atractivos labios.
—Porque me ama, ¿no es así?
—¡Nii-san! –Hinata exclamó avergonzada y dejó de abrazarlo.
Neji entonces giró su cuerpo hacia ella, quien se agachó escondiendo con el flequillo el rostro ruborizado y emocionado, y Neji, en un gesto y tono de voz más serio del que Hinata esperó, habló:
—Perdóneme, Hinata-sama, simplemente hay veces en las que no puedo creerlo —. Luego hizo una pausa y en tono suave y conciliador continuó: —¿Me lo diría una vez más?
La impaciente Hinata, apenas un par de meses atrás, había sido la primera en reunir valor, abrir su corazón y pronunciar las dos palabras mágicas.
"Te amo, Neji-niisan", le había susurrado una noche, acostados y abrazados en un claro del bosque. Él no había parado de besarla, y en cuanto dejó su boca libre para tomar aire, ella en un suspiro le dijo que lo amaba. Y él continuó besándola, recibiendo sus dulces quejidos cuando la acariciaba con sus palmas abiertas, tocándola hasta el cansancio.
Porque cuando Neji sobrevivió por muy poco a la guerra, a Hinata le quedó más que clara la importancia que tenía su querido primo en su vida; la idea de perderlo la enloquecía, de dolor, de pena, de culpa... no se atrevía si quiera a imaginar un mundo sin Neji Hyūga. Por lo que pronto se dio cuenta de que tal anhelo y veneración no correspondían a un inocente amor fraternal. Y con el paso del tiempo aceptó que lo quería más que a un primo. Su amor por Naruto había quedado relegado en cuanto se planteó la pregunta más simple de todas: ¿por quién de los dos le gustaría ser besada, amada, acariciada? Y entonces la respuesta acudía a ella con claridad, cuando sólo un nombre cabía en su boca: Neji, Neji. ¿A quién quería ella entregar su vida y su alma, a quién quería proteger de vuelta? Neji, siempre Neji.
Por su parte, Neji había aceptado sorprendido y con una felicidad bien disimulada la nueva proximidad de Hinata, y continuaron más amigables que nunca, hasta que la intensa necesidad de estar más juntos, más cerca, no pudo seguir siendo contenida. Y finalmente, en una de las tardes en que se sentaban frente al jardín a tomar el té a charlar de mil cosas, terminaron besándose apasionadamente, derramando todo lo que había en la charola que había pretendido crear un pequeño espacio entre ellos. No hicieron falta palabras, pues los ojos perlados de ambos habían hablado, y sus cuerpos se habían expresado por ellos, dando forma a la complicidad que llevaba tiempo formándose entre ambos.
Y en esta felicidad apasionada entre ambos primos Hyuga, Neji logró cumplir un año más de vida, y Hinata no podía ser más dichosa de tenerlo a su lado. Lo amaba tanto que se lo diría las veces que hicieran falta. Porque Hinata, con ternura en su corazón, recordó que Neji en serio, en serio, necesitaba que le recordaran que esta era su realidad, una en la que finalmente estaban juntos, amándose libremente.
Hinata levantó la cabeza y lo miró a los ojos. Observó con emoción a sus ojos serios pero tan amables como él, y le dio un vuelco su corazón al notar el amor que le dedicaban.
—Te amo. Te amo mucho, Neji-niisan.
—Y yo la amo a usted, Hinata-sama.
Entonces Neji tomó a Hinata del rostro, y con toda la calma y seguridad que brinda el amor correspondido, la besó. Y Hinata, con el egoísmo y la urgencia de tenerlo sólo para ella, lo tomó del cuello y lo acercó más, para fundirse con más avidez en el húmedo beso, y derretir así el frío de esa mañana de verano entre sus cálidos besos.
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Nota: ¡Hola a todos!. No me pude contener de escribir esta pequeña historia en honor al cumpleaños de Neji, espero que les guste tanto como yo disfruté escribiéndolo.
Sé que tengo Rehén de tu dulce voz abandonada, pero les aseguro que no pienso dejarla así, sólo me estoy tomando mi tiempo para aclarar todas mis ideas. (Por supuesto, no he dejado de escribir). Agradezco mucho su paciencia y cada uno de sus comentarios, ¡los aprecio muchísimo!
Gracias por leer.
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Una mañana a inicios de julio [NejiHina One-shot]
RomanceDonde Neji sobrevive a la guerra y Hinata se encarga de amarlo tanto como él la ama a ella. Cursilerías en honor al cumpleaños de Neji Hyūga. (NejiHina One-shot) Imagen de portada: Cynical Crown