Esa chispa sigue viva

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Nos separamos algo abochornados.

- Lo siento - dijo Lauri.

- Tengo que irme - dije incómoda.

Me levanté de pronto y miré hacia la puerta.

- Dijiste que hablaríamos.

- Es muy pronto.

Tendría que enfrentarlo tarde o temprano.

- Está bien hablemos - dije armandome de paciencia.

Terminó de firmar los papeles y cerró el folder.

Me senté a su lado y me sonrió.

- No he podido olvidarte - confesé.

- Lo sabía.

- Sobre lo que pasó...

- Eso no importa - dijo él - no voy a obligarte a tomar una decisión.

- Lauri...

- Debo recuperarme, también tengo a mis hijos.

- Tengo que irme - dije nerviosa.

- Cuando salga del hospital nosotros tendremos una larga plática.

No dije nada y me retire.

Pasaron dos meses en los que lo veía y hablábamos de trabajo.

Su rehabilitación fue lenta,pero podía caminar con un bastón después de un tiempo.

Aki salió de viaje con el pretexto de que tenía una oferta de trabajo para documentar en el extranjero.

Y el día que salió del hospital, sus hijos querían estar con él.

No lo negué, era lógico que ellos quisieran saber sobre su padre,ya que nunca les mentí.
Sabían que estaba en coma.
Aki siempre fue como un tío,al menos hasta que él comenzó a mostrar que me amaba.
Gabrielle lo tomo bien,pero mi hijo... El parecía celoso de Aki.

Cosa que no ocurría con Lauri.

Nos detuvimos en un parque,antes de que fuéramos al departamento de Lauri.

Por la tarde, el padre de Lauri se llevó a los chicos con el pretexto de que ellos querían pasar tiempo con su abuelo.

Y nos quedamos solos.
Lauri se ofreció a dejarme en casa, además de que no conocía donde estábamos.

Era como si volviéramos a empezar.

Lauri tenía un chófer porque aún no podía conducir,con lo que éste nos espero afuera.

La entrar el se sorprendió.

- No creas que vivo con Aki - le aclare - siempre fuimos los tres.

- No dije nada.

Se quedó mirando las fotografías.

Y se detuvo en una donde estaba embarazada,con Aki.

- Aki cuido de ti,justo como le pedí - dijo Lauri.

- Algo mencionó.

- Estaba preocupado, de que no pudieras tener una vida feliz.

-¿Sabes Lauri? Eres lo mejor que pudo haberme pasado - confesé.

- Val...

-¿Quieres un poco de café?

Asintió débilmente.

Quería decir algo.  No es que no quisiera que lo dijera.

¿O no estaba lista para escucharlo?

Fuimos a la cocina y se sentó en el mismo lugar que le gustaba a su hijo. Sonreí la notar eso.

Le serví una taza con café,justo como le gustaba.

- De verdad lamento que no funcionará lo de Aki.

- Eso ya pasó. Déjalo.

Estaba frente a él.

No pude evitar el recordar la primera vez que estuvimos juntos.

- Ya se que lo nuestro no puede arreglarse - dijo mirando la taza con el café.

Maldición.

No ésta vez.

Me moví de mi lugar y me acerque a él.
Estábamos solos. Era momento de decirle todo lo que sentía por él,todo lo que le extrañe.
Todo lo que sufrí al pensar que estaba muerto.

Lo jalé de la camisa y sin pensarlo dos veces lo besé.

Me respondió con pasión.

- No seas idiota - murmuré en sus labios - te extrañe mucho.

Comenzamos a besarnos como si no pudiéramos vivir el uno sin el otro.

Y ahí regreso la misma chispa que sentimos la primera vez

¿Fue algo fugaz?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora