Sipnosis:
Sam un asalariado con una vida aburrida un día murió y fue seleccionado para atravesar los mundos y vivir un "Ciclo Perfecto", permitiéndole así Volver a la Vida o cumplir algún deseo, pero lo que él queria solo era desaparecer.
Para poder...
Ordenar su hogar no sería un problema, esto le podria ayudar a pensar.
Según lo que habia recibido de la trama, él moriría pronto. Así que decidió buscar entre todas las cosas que estaban tiradas si había algo que lo podia ayudar a recordar.
Paso varias horas en ello y solo pudo recordar algunas cosas como cuando y como compró este lugar, su estudio se habia cerrado, la familia que le había abierto los brazos y dado su apoyo lo repudiaba y hasta lo pintaron de un acosador que si no conseguía su fin, la más preciosa joya de la familia sufriría las consecuencias.
- Ridículo. - dijo.
Casi nadie sabía que Sam Miller era gay y estaba profundamente enamorado de su amante, algo que ayudó a esa familia a poder destruirlo.
No habian más recuerdos recuperados.
Bueno, no podia hacer nada.
El desinterés lo invadió y decidió tomar un baño para luego poder descansar.
Mañana se encargaría de resolver esa inquietud que de la nada venia a él.
Por la noche lo que pensó que iba a tomar su tiempo resolver vino a él.
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-Cariño, ¿Estás bien? - preguntó Sarah preocupada.
- Solo me duele la cabeza. No es importante. - le sonrió Ivan.
Por un momento la expresión de Sarah colapsó. Lo miro fijamente y al no ver esos ojos manchados con asco, repulsión y odio se calmó. Se sentó a su lado y respiró profundamente acercándose a él para abrazarlo.
- Te amo, por favor no me ocultes nada. - dijo, queria decir más pero se trago sus palabras. Después de mucho tiempo y esfuerzo habia podido conseguir al hombre que amaba y no se detendría ante nada ni nadie.
Sarah se retiró de la casa de sus futuros suegros y en su auto miro el historial de conversaciones en su celular. Esa noche parecía eterna. No podia esperar a que ese hombre acabará con su suplicio.
Pasaron las horas y ningún mensaje llegaba, no iba a poder dormir, pero no importaba; si ese hombre desaparecía y el otro nunca despertaba nadie sabría la verdad y su amado siempre la amaría.
Solo un poco más.
Solo un poco más.
Frase que no dudo en repertirse mentalmente hasta que ese equipo que la atormentaba le dio la maravillosa noticia que tanto esperaba.
- El trabajo esta hecho.
Un sólo mensaje la baño en euforia y por fin podía ver la luz al final del camino.
Nunca más seria la sombra de Sam Miller, ahora solo serie la Gran Diseñadora Sarah Rhys, sonrió espléndidamente.
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