Sweet Nurse [hyunbin]

O8

— Minho. — Le señaló la cocina y este asintió confundido.

Ambos se levantaron pero ninguno de los tres le tomó atención, Saiki estaba más interesante. Los menores habían escogido otra película pero Jisung se quejó de que esa "aberración" no la iba a ver. Habían elegido una película de suspenso pero el de mejillas regordetas se negó, le daba mucho miedo la idea de ver eso y tener que regresar a casa para quedarse solo.

Nop, definitivamente no.

Así que como fiel otaku convenció a todos de ver esa serie con protagonista pelirosa. Chan había apoyado la idea ya que había escuchado de ese anime. A Minho realmente no le importó, Changbin si se quejó. Pero de igual manera no hizo nada al respecto.

A Hyunjin tampoco le importaba, se conformaba con lo que fuera. Rara vez podía ver películas o series así que apreciaba lo que sea que estuviera reproduciéndose.

— ¿Que sucede?

Ambos tomaron asiento en la mesa, Changbin se tomó unos segundos para preguntar aquello que le atormentaba. Suspiró profundo y miró al menos a los ojos. — ¿Hyunjin está bien?

El menor hizo una mueca extraña, ¿A qué venía eso?

— ¿Sí? Se ve cómodo en el sofá y está entretenido, supongo que se encuentra bien. — Seo negó con la cabeza.

— No, me refiero a que si todo está bien con él. Quiero decir, ¿Pasa algo en su casa? — Minho al principio no entendió, hasta que su mente hizo click.

— ¿Escuchaste lo que hablamos Hyunjin y yo?

Fue más una afirmación, estaba seguro de que escuchó pasos pero en ese momento le importaba más consolar al pelinegro que cerciorarse de que alguien los estuviera escuchando.

— Lo siento, es solo que... No me parecía correcto interrumpirlos. — El enfermero masajeó sus sienes en un intento de relajarse. — No era mi intención. No planeaba preguntar pero lo que dijiste me dejó realmente preocupado.

Minho asintió comprendiendo, no culpaba al mayor, de hecho hasta le pareció correcto su actuar. El que no los interrumpiera le pareció de cierto modo tierno.

— La verdad no sé si contarte. Creo que soy el único que sabe algo de su vida y fue porque no tuvo de otra. — Rascó su cuello y regresó la mirada a Changbin. — Me mudé hace poco frente al parque gong-won, me enteré después que éramos vecinos... — Changbin se levantó y regresó con un vaso con agua. Lo dejó frente a Minho y este asintió en agradecimiento. — Yo... Una noche, uhm, escuché varias cosas... Fue preocupante. No sonaba nada agradable.

El mayor se asustó, ¿Qué era lo que pasaba en esa casa cuando nadie estaba al pendiente? Ahora Hyunjin le parecía alguien demasiado fuerte, alguien digno de admirar.

Minho adivinando los pensamientos del mayor aclaró: — Eran gritos, palabras hirientes, cosas rompiéndose... Me preocupé mucho cuando vi a Hyunjin salir a la mañana siguiente para la universidad. — Tomó un trago de agua y continuó. — Desde ese día comencé a, no defenderlo, solo alejarlo de los demás. Me sentía culpable porque yo fui uno de los que más le hizo daño, pero ese mismo día lo acompañé a enfermería...

Changbin intentaba no moverse mucho, tenía muchas ganas de levantarse y caminar en círculos para ver si así podía relajarse.

— Mi amigo y yo nos tuvimos que ir y lo dejamos solo. Le mencioné sobre llamarme si quería que fuera con el para llamar a sus padres o algo así. Cómo no lo hizo supuse que el antiguo enfermero había llegado y lo atendió.

El menor sintió la rabia consumirlo al recordar ese día. Le parecía horrible que alguien pudiera ser así de insensible, le había helado el cuerpo escuchar ese trato hacia el pelinegro.

— Fui en el primer descanso y el enfermero lo estaba tratando terrible. Llegué en el momento exacto para escuchar toda la conversación y-

Apretó los puños sobre la mesa y Changbin le acarició el hombro. Entendía como se sentía Minho. Él mismo había sentido lo mismo cuando Hyunjin llegó ese día tan temprano y con moretones y raspones por todo su cuerpo.

— Juro que nunca había querido matar a alguien. Tenía tantas ganas de golpearlo. Se negó a atender a Hyunjin y le dijo cosas bastante feas. Me contuve solo porque Hyunjin abrió la puerta y me miró tan asustado que no pude ignorarlo.

— Hyunjin... ¿Él siempre aguantó todo eso? ¿Nunca se quejó?

Minho negó y las primeras lágrimas salieron. No podía evitarlo, se sentía tan mal consigo mismo por tratar así a Hyunjin anteriormente.

Limpió con sus manos su rostro y siguió. — Yo fui el que se quejó con el director para que lo corrieran, explique muy por encima lo que había presenciado y le mentí diciendo que era así con todos pero nadie se había atrevido a decirlo — Habló entre hipidos, restregando sus manos en su rostro en un intento de que sus lágrimas dejasen de caer. — Estuve tan feliz cuando vi que llegaste, yo- — Observó al mayor, Changbin lo estaba viendo con ternura.

— Hiciste bien, Minho, Hyunjin no lo sabe pero lo haz ayudado mucho. Eso no lo hace cualquiera. — Le acarició el hombro.

— En realidad no se muy bien su situación pero estoy seguro de que su padrastro no merece vivir.

Suspiró sonoramente y se levantó. ¿Por qué Hyunjin no huía si ya era mayor de edad? Por lo que Changbin sabía, tenía dos trabajos. ¿No era suficiente?

— Sobre lo otro... ¿Qué planeas hacer?

— Estoy seguro que el hijo deeeee. — No terminó la frase al ver el rostro del mayor. — Que ese ser se va a enojar porqué Hyunjin llegará tarde a casa, si le prestó mi celular para que grabe algo será suficiente. — Juntó sus manos sobre la mesa y cerró los ojos. — Ya tengo tres audios de cuando el idiota está solo. Pero quiero tener una prueba contundente para que el caso sea tomado en serio.

Changbin asintió, le estaba costando un poco procesar todo. Recordó una vez que Bang comentó que su progenitor era abogado. — El padre de Chan puede ayudarnos. Le diré que lo llame mañana a primera hora y le diré sobre esto.

— Por cierto, la policía. Seguramente algo descubrieron hoy.

— Te doy mi número y seguimos comentando sobre esto, que pronto se darán cuenta de que no estamos. — Minho rápidamente escribió su número en el teléfono de Changbin y se levantó.

Ambos se dieron una última mirada antes de regresar a la sala. Lo que no sabían es que un par de ojos los siguieron en todo momento y ahora pensaba en cosas que no debería.