Tal vez en otra vida...

Parte 1

-Triana ya es hora de levantarte, hay que partir- gritaba mi madre desde la cocina
-Ya voy- le respondí entre sueño.
Me levante al instante. El sol se colaba por mi ventana alumbrando mi pequeña habitación, era una mañana hermosa de verano de esas que tanto me gustaban. Proseguí a vestirme lo mas rápido que pude, agarre los jeans negros que reposaban sobre mi escritorio y mi blusa blanca favorita y me encamine a la cocina con prisa. Me sentí emocionada, por fin había llegado el día que tanto había esperado, ese momento que tanto había anhelado se había hecho realidad, era hoy. 
Entre a la cocina, ahí se encontraba Luisana mi madre,  preparando el desayuno con rapidez ya que era un poco tarde.  Era delgada, de estatura media, con piel delicada aunque ya estaba en los 40. Llevaba su caballo negro recogido con un moño, vestía una blusa bordo con escote,  la combinaba con unos jeans blancos y unos mocasines. Me senté en en la mesa de la cocina, mi madre me sirvió una taza de café acompañada de unas tostadas bañadas en mermelada de arándano. Mientras comía en silencio escucho la puerta del cuarto de mi pequeño hermano abrirse y lo veo salir un poco dormido.
-Reynaldo apurate que se nos hace tarde - le grite intentando que se apurara un poco.
Se próximo a la cocina vistiendo una remera negra acompañado de un pantalón de vestir y tenis. Tenia pelo oscuro y piel clara, a pesar de ser menor que yo me pasaba en estatura. Era bastante serio y reservado, de esos que no te dan mucha confianza pero que por dentro tenían un corazón con mucha bondad. 
-Llegó el día hermanita, ¿como te sientes? - me pregunto masticando un trozo de  torta
-¡Realmente emocionada! - le conteste con entusiasmo
Terminamos de desayunar lo mas rápido posible junto a mi madre y mi hermano.
Se abre la puerta de la cocina y entra mi padre un tanto apurado.
-Ya es hora de irnos- nos grito desde la puerta mientras levanta dos de nuestros bolsos.
Raul mi padre de estatura media y cabello negro, bastante mayor aunque no se le notara. Con un carácter bastante dócil pero con genio era mi persona favorita en el mundo. Vestía un pantalón de vestir gris combinado con una camisa a cuadro blanco y negro con unos zapatos de vestir.

Me levante al instante y procure que estuviera todo en orden para partir.
Al cabo de cinco minutos ya habíamos cargado todo en nuestra pequeña camioneta y proseguíamos a tomar rumbo a nuestro próximo destino en donde cambiaría mi vida por completo...