Capítulo Único

902 55 13
                                    

—¿Otra rosa?

No era primera flor para Bridgette, pero tampoco sería la última como indicaba cada carta mensual acompañada de una rosa; para ser exactos era la onceava. No había recibido tal gesto tan romántico recibiendo flores además de Chat Noir, a quien no tomó enserio por el hecho de descubrir sus intenciones desde un principio.

<<Un beso por la libertad del anillo de la mala suerte>>

Torció los labios unos segundos recordando la breve explicación de Tikki. Aunque le tuviera cariño al gato no podía evitar sentir malestar con eso.

Vale, no era momento de amargarse.

—Oh cielos—Bridgette ignoró la interrogante de su amiga Allegra mientras releia una y otra vez el papel sostenido entre sus manos.

Como cada mañana el grupo de amigos se guiaba hasta los casilleros que casualmente estaban cerca, igual a todos los primeros día del mes la joven recibía cartas anónimas y una rosa.  La sorpresa en sus caras de manera tan coordinada parecía haber sido ensayada, sin embargo, Félix no entraba ahí si sus labios lo único que hacían es estirarse hacia abajo, inconforme al mismo cuento de cada mes.

—Sea quien sea debe de estar muy enamorado de ti— Dijo Alegra en voz alta sonriendo malvada a unos ojos azul-grisáceos, estos solo rodaron mirando a otro lado fingiendo buscar sus libros.

La azabache detalló la letra a tinta negra, no era la mejor de las caligrafías pero su poesía le arrancaba sonores y embobados suspiros.

Agreste por su parte, frunció el ceño indignado, se hallaba parado a un lado observando como Bridgette suspiraba por otro hombre.

El rubio se detuvó en lo que hacía recordando la pasada discusión que le dió como la última orgullosa estocada. Bastante se arrepintió sumando las burlas de Plagg de lo muy miserable que se sentía sin siquiera recibir un buenos días por la mañana. Apenas soportó dos semanas para buscarla y disculparse.

Viviendo en un lugar tan frío se había acostumbrado a estar solo sin ganas de prestarle atención a los maravillosos panoramas que le daba la naturaleza, lo momentos ofrecidos de la juventud, pero era incontable cuántas veces lo desperdició contando en ese paquete añadía a alguien. Había olvidado el significado de llorar o reír hasta la aparición de ella, que le demostraba explosiones de energía sin pedírselo e incluso le parecía irreal como una persona podría ser tan feliz; le prestó felicidad, asimismo contagiandolo.

Pero sencillamente sin ayuda, él se obligó por decisión propia arrebatarse eso y empujarla a los brazos de un hombre que ni esta conocía su nombre, no obstante, su persona si.

Ahora era una amiga, mas no la chica en pendiente suyo. La ansiedad arremetía en su contra sin dejarle conciliar el sueño fácilmente, la joven olvidó lo que es la paciencia y como camino que tanto le persistió tomar antes, Bridgette lo consideró para luego dejarlo ir. Justo cuando psicológicamente se sentía aferrado a ella pero al mismo tiempo con la necesidad de apartarla.

No había quien le dijera que no estaba solo, tenía amigos, un hermano, un padre y una novia casi de mentiras. Recordaba esos ojos opacados de dolor preguntando un silencioso "¿Por que?"

Lo cierto es que ni él comprendía porque accedió a tomar como novia a otra mujer...o quizás si; aquella sólo tenía la ventaja de ser una influencia de familia a su misma clase social; sin embargo, según él, no le ganaba a Bridgette en nada más para ser atrayente.

Un mes después empezaron a aparecer esas odiosas cartas y rosas. Estuvo en el preciso momento cuando llegaron las primeras, se convirtió en de los peores ratos. Bridgette tenía un pretendiente, y no cualquiera en superar fácilmente competencia.

Twelve Roses- ©Feligette [One-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora