No esperó conseguir su cometido con tanta facilidad.Aún cuando había arremetido violentamente contra su cuerpo, y deslizó con agilidad la peligrosa punta de su lanza, al final pudo doblegar a la magnífica bestia postrada a pocos metros de él. Incluso cuando el cansancio lo consumía desde adentro y sus extremidades pedían a gritos detenerse.
Pero nada de eso parecía causar mella en él, no cuando sus intentos de confrontarlo dieron como final un rotundo éxito.
Con la victoria bailando en su pecho, y la euforia tomando el control de su mente, no pudo evitar emitir desde lo más profundo de su garganta un grito de regocijo, sus dedos temblaron por el dolor físico, y sus piernas sintieron el ardor en sus fibras.
Sus ojos rojos brillaron y se permitió
estirar sus miembros heridos con dificultad, sacudiendo en el proceso las pequeñas piedras brillantes, y las caracolas que colgaban de su cuello.
Su piel se encontraba bañada por el barro y la sangre, y sus fuertes brazos estaban decorados con diversas heridas, producto de las garras que rasguñaron su piel hasta levantar su carne. Todo su cuerpo se encontraba lleno de cortes y moretones después de correr por las veredas del bosque, y trepar por la rugosidad de las piedras.Pero nada era tan peligroso como la desagradable herida que reposaba en su antebrazo derecho, lacerando desde el simiente y arrojando un hedor siniestro que entorpecía su movilidad. Ya le resultaba complicado permanecer de pie. Fue un trabajo difícil, pero toda esa búsqueda extenuante valió totalmente la pena. Y ya era la hora de reclamar por su recompensa.
Por fin lo había logrado, después de exhaustivos meses plagados de peleas y enfrentamientos ocasionales, por fin había conseguido domar a la peculiar bestia de pelajes negros.
El precioso animal que yacía sobre las rocosidades de la cueva ya le venía ocasionando muchísimos problemas desde hace un tiempo atrás; y no era para menos, incluso si en sus primeros años de vida se le había presentado la oportunidad de admirar a bestias mucho más atemorizantes, y con proporciones descomunales que eclipsaban por mucho su cuerpo, ningúna fue capaz de seducirlo, como el animal que ahora lo miraba con sus fanales entrecerrados por el cansancio. Permanecía tendida y casi inmóvil por el aturdimiento.Jamás se había sentido tan inquieto y necesitado por obtener algo, pero todo cambió cuando que esa escurridiza criatura se atravesó por su camino.
Una tarde, cuando realizaba la cacería habitual mientras se adentraba a lo más profundo del bosque, se cruzó en su encrucijada con la frialdad de unos ojos brillantes que lo vigilaban a la lejanía.
Se movía a paso lento entre las raíces de los castaños, sus garras se posaban en el suelo con delicadeza, mientras meneaba su alargada cola con un movimiento grácil. Hasta la mas mínima oscilación que realizaba le hacían lucir mucho más majestuosa de lo que ya era. Sin embargo; parecía lejos de buscar atacarlo con sus potentes fauces, sólo se acercaba con sigilo hasta su posición, mientras contraía elegantemente cada músculo de su esbelta morfología. Era lo suficiente grande para sobrepasar su altura, pero su anatomía era pequeña a comparación de los monstruos que acechaban sus sueños.
El sólo contemplarla provocó un sinsabor en su boca, y una chispa brotó alterando sus recuerdos.
Se sintió colmado por el furor desde su primer encuentro. Era una furia enloquecedora y una emoción peligrosa que lo tenían yendo directo hasta sus garras.
Sabía que algo en su existencia le había cautivado desde un inicio, aún no sabía si se trataba de su brillante pelaje negro, o el pernicioso acecho de sus ojos que lo miraban amenazantes, similares a los que vió años atrás, con la diferencia de que estos lo envolvían en un verde cálido.Tan verde como la hierba y las hojas.
Despertaba su curiosidad y también avivaba sus deseos de cobrar venganza.
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𝑵𝒐𝒄𝒕𝒖𝒓𝒏𝒆
FanfictionEl peligro que desbordan sus ojos verdes provocan en su interior una obsesión profunda y asfixiante. Se siente sofocado y cautivado por su fuerte aroma. Ella lo tienta, lo arrincona y lo somete con facilidad bajo su yugo. Y él está más que dispuesto...