Sinceramente no sé cómo empezar esta carta, pero voy a empezar diciéndote que te quiero, que te agradezco que hayas aparecido en mi vida, y que poco a poco, fueras logrando rearmar una parte de mí que estaba partida en mil pedazos, esa parte que tenía mucho para dar pero que de tantas veces que le fallaron, se fue escondiendo cada vez más con cada decepción. Pero vos hiciste que esa parte volviera a salir, día a día ibas ganando terreno en el lugar dónde una vez que llegas, es muy difícil salir. La verdad no sé cómo llegué a esto, porque nunca pensé que me fuera a pasar, pero apareciste vos, y que afortunado soy de poder contar contigo, de que vos seas mi compañera. No te das una idea de lo feliz que me haces, de lo bien que me hace que estés presente en mi vida, no hay nadie mejor que vos, no necesito nada ni a nadie más que vos.
Me haces cada día mejor persona y logras convertir todo lo malo en bueno, incluso cuando no tengo mi mejor día, el simple hecho de hablar contigo automáticamente hace que ese día, sea un buen día.
En pocas palabras, sos lo mejor que me pasó, pero sobretodo, lo mejor que me está pasando. Porque nada mejor que alguien que sea compañera como sos vos conmigo, y que esté siempre al firme.
Te quiero, y también quiero que me acompañes por mucho tiempo más, porque en definitiva vos... Sos mi refugio y en dónde me quiero quedar.
