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El calor y el peso de alguien caen sobre mi. Siento cómo, mientras duermo, el brazo derecho de esta persona me abraza el pecho pegando así el suyo contra mi espalda. Me siento incómodo, pero pronto empieza a besarme el cuello. El escalofrío me despierta dejándome ver una luz tenue a través de la ventana. Derrepente, unos labios se pegan demasiado a mi oído.

"Buenos días", oigo.

Sonrío.

Reconozco su voz. Es la dulce y preciosa voz que me dice lo mismo cada mañana.

Me deshago de el brazo que descansaba sobre mi, me doy la vuelta, y de nuevo, como cada día, me encuentro con sus ojos azules.

"Buenos días", respondo.

Deja salir una pequeña carcajada mientras tímidamente muestra los dientes. Está amaneciendo, tengo la ventana detrás de mí pero me da igual, el amanecer más bonito de la historia se encuentra en frente mía y no quiero perdérmelo.

Me besa.

Cierro los ojos y le imito. Ahora mismo estoy en el cielo.

Se separa de mí y se deshace de las sábanas, leva el torso desnudo y unos bóxer de color azul celeste, su pelo rubio es un alboroto. Se pone en pie y débilmente se dirige hacia la puerta y sale de la habitación dejándola entre abierta.

Me vuelvo a acomodar en la cama agarrando las sábanas. No quiero salir de aquí.

Después de un par de minutos, me levanto y bajo a la cocina. En la mesa me encuentro con dos vasos de zumo de naranja, un par de piezas de fruta y mermelada. James se acerca a mi con un plato lleno de tostadas aún por untar y me da otro beso.

"Buenos días de nuevo, dormilón".

Sonrío.

No quiero decir nada, solo quiero oír perfectamente su respiración mientras desayunamos lo que me había preparado.

Un bostezo sale de mí.

"Venga ya, ¿aún tienes sueño? ¡Si has dormido 10 horas!"

"Yo siempre tengo sueño, deberías de saberlo ya."

"Pues espero que esta tarde estés bien despierto porque nos iremos a la playa a hacer surf."

"¡¿Surf?! ¡¿Enserio?! ¡Pero si no sé ni mantenerme en pie en la tabla!"

"Bueno, yo te enseño."

Hice una pequeña pausa para beber un poco de zumo.

"Está bien, pero si me pasa algo te haces responsable."

"No seas imbécil, no te va a pasar nada. Ya estoy yo para cuidarte."

"¡Eh! ¡Que yo no soy un niño chico!"

Se levanta de su silla y me da un beso en la mejilla.

"Entonces no te comportes como tal."

Se va de la cocina y me deja solo con el resto de desayuno. Perfecto, ahora me tocará a mí recoger todo esto.

The sky's yours.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora