Era un día cualquiera en el edificio, Carlitos estaba a punto de comenzar su ronda cuando el teléfono comienza a sonar. El conserje se detiene, da media vuelta y vuelve al mesón para contestar la llamada.
"Buenos días... Señora Ágata, ¿cómo está?... No lo puedo creer. ¿Cómo se siente? No me responda, por su puesto que se siente mal. Dígame, ¿en qué la puedo ayudar? ¿Necesita que le lleve algo?... Sí, la señorita Macarena... Sí, yo le digo de inmediato. Ningún problema... No se preocupe. Mándele mis saludos a la señorita Rubí".Ágata estaba ordenando todo y terminando de preparase cuando tocan el timbre. Acelera el paso y abre la puerta. "Hola. Soy Macarena Correa del 502, Carlitos me dijo que subiera porque usted me buscaba", Maca se presenta, la última parte con un tono de pregunta. Nunca había visto a esta señora. Bueno, en realidad nunca había visto a la mayoría de los que vivían en el edificio. Solo a Pablo y su hijo Pipe.
"Sí, sí. Por favor pasa", dice Ágata con un tono energético, mientras se corre para abrirle más la puerta a Maca y dárle espacio para que entre a su departamento. "Lo que pasa es que mi hija menor está en la playa con su pololo y yo tengo que presentar un proyecto sumamente importante. Yo en serio me quedaría en casa a cuidar a mi piedrita, pero de verdad que hoy no puedo faltar al trabajo. Así que necesito que alguien se quede cuidando a mi hija y Carlitos me dijo que tú hacías babysitting". Ágata sonríe, esperando que Maca acepte para poder irse tranquila. No conce a esta joven, pero Carlitos le habló muy bien de ella. "Sí, ningún problema", Maca dice observando el gran espacio del penthouse; "¿dónde está?".
Ágata se acerca y le pone la mano en la espalda, guiándola hasta una habitación al final del pasillo. Al abrir la puerta se observan dos camas, una vacía de la hija menor piensa Maca, y en la otra se puede ver la silueta de una persona. "¿Cuántos años me dijo que tenía su hija?", pregunta Maca, ya que la persona no se veía de la altura de sus clientes usuales. Ágata responde "22" sin notar la confusión de la joven. Maca mira a la madre con el ceño medio fruncido y repite sus palabras en un susurro "22..." y luego le pregunta a un volumen audible: "si tiene 22 años, ¿por qué necesita babysitter?". Ágata se da cuenta de lo confundida que está y se ríe. "Bueno, no es como si necesite babysitter. O sea, sí... Bueno más como una nursesitting", dice y se ríe nuevamemte (ja🐑ja🐑ja🐑); luego agrega "lo que pasa es que tiene fiebre y, aunque no creo que vaya a necesitar nada, me gustaría dejar a alguien con ella solo por si acaso". Maca comprende la preocupación de la madre y le sonríe. Después de aceptar el trabajo, Ágata le explica a Maca dónde se encuentran las cosas que podría necesitar para cuidar de Rubí, le deja su número y se despide.
La niñera/"enfermera" vuelve a la habitación en silencio para no molestar a la joven durmiente. Una vez que la mira, se da cuenta que ya la había visto anteriormente. Creo que he visto alguno de sus videos se dice a sí misma, mientras se sienta en la cama opuesta a la de Rubí. No es como si la siguiera en alguna de las redes sociales, pero de lo que ha visto, Maca se sorprende del contraste entre su personalidad tan energética versus lo tranquila y pacífica que se ve durmiendo. Por un momento se queda mirando la decoración de la pieza y sonríe, las hermanas se dieron su tiempo para apropiarse bien de su espacio. Después de unos minutos mirando a su alrededor, saca un libro de su mochila. Puesto que las cortinas estaban cerradas para no molestar a la mujer enferma y solo entraba un poco de luz de la mañana, Maca prende la luz. Rubí se mueve un poco y Maca se queda quieta inmediatamente; que no se despierte, que no se despierte, que no se despierte.
Al ver que la otra joven sigue durmiendo, suspira y se acomoda para comenzar a leer.Un par de horas después, Rubí comienza a estirarse. Maca levanta la cabeza, marca la página del libro y se empieza a poner de pie. Al percatarse del movimiento desde su periferia, Rubí detiene todo movimiento y se voltea lentamente. Ambas jovenes hacen contacto visual y lo mantienen. Maca, por un lado, se pierde en la mirada de Rubí y se le olvida por un momento por qué se encuentra ahí. Rubí, por el otro, usa toda la energía que tiene para no gritar y evitar que la extraña vea su debilidad; ¿quién es? ¿Una ladrona? ¿Qué hago? ¿Me va a matar? Necesito encontrar una forma para escapar de acá. Maca vuelve a la realidad agitando suavemente su cabeza, y se da cuenta de la mirada sospechosa y temerosa de Rubí, por lo que levanta las manos un poco como para demostrar que no la quiere lastimar y le explica la situación; "tranquila, tú mamá me llamo para que cuide de ti. Me dijo que te sentías mal. Me llamo Maca, soy tu vecina". Espera que la dueña de casa diga algo, pero no lo hace. Poniéndose un poco incómoda agrega: "¿cómo te sientes? ¿Tienes sed?". Rubí, después de procesar la situación y lo dicho por la otra mujer, se relaja. Se da cuenta que no ha contestado las preguntas que le han hecho y responde rápidamente, "me siento mucho mejor. Solo necesitaba dormir un rato. ¿Me podrías traer un vaso de agua y algo para el dolor de cabeza?". Maca asiente; va a la cocina, dónde Ágata le dejo todo lo necesario; y vuelve a la pieza con el vaso, una pastilla y un termómetro.
"Aquí tienes... Y tú mamá me pidió que te tomara la temperatura una vez que te despertaras para mandarle un mensaje y mantenerla al tanto", le dice a Rubí y le pasa el dispositivo. Después de recibir el agua y tomarse la pastilla, agarra el termómetro y sigue las instrucciones. Cuando este suena, se lo devuelva a Maca, quien sonríe. "Aún tienes un poco, pero tu mamá se va a alegrar que ya no sea tanto", señala mientras le escribe el mensaje a Ágata y Rubí le sonríe devuelta.
La vecina se pone de pie y abre las cortinas. Al darse vuelta se pierden en la mirada de la otra nuevamente. Con la luz del día, ahora se pueden ver con claridad los rasgos faciales. Sin embargo, a Rubí le llama la atención el pelo de Maca; rulitos. Esta última, en cambio, no puede creer cómo alguien se puede ver tan hermosa cuando está en ese estado, pero podría admirarla todo el día. Cuando se da cuenta que su mirada había descendido y enfocado en sus labios, se regaña y tose; "bueno, voy a prepararte algo para comer. Acuéstate, yo vuelvo altiro. Cualquier cosa me llamas". Antes de que la paciente pueda decir algo, Maca ya está fuera de vista. Es gracioso cómo la más joven se siente consciente de sí misma, mientras que la mayor ni siquiera se dio cuenta de cómo la otra la estaba mierando, perdida en sus propios pensamientos.
Extrañada por la forma en que salió de su pieza, luego de unos minutos Rubí se para y la sigue a la cocina. Maca, aún en su propio mundo, no se percata de la nueva presencia en la cocina. Al darse vuelta para seguir buscando los diferentes utensilios e ingresientes, que no lograba encontrar en la cocina ajena; se topo cara a cara con la otra mujer. Por reflejo, retrocede con fuerza para alejarse del intruso y, como consecuencia, se pega en la cabeza con el gabinete; "mierda". Rubí, culpable, se acerca a Maca y le intenta acariciar el lugar en el cual la herida se sobaba con sus manos, "¡perdón! No quería asustarte". Maca levanta la cabeza, todavía con las manos en su cabeza, "no te preocupes, no pasa nada". Por un momento, el silencio las envuelve, hasta que una tercera voz interrumpe "aloha, ¿Maca?". Dándole una sonrisa nerviosa a Rubí, la joven responde "aquí señora Ágata" y comienza a caminar hacia la entrada de la cocina. "Estaba a punto de prepararle algo para comer a su hija", por algún motivo siente que necesita explicarse; "pero las dejo". Maca mira una vez más hacia atrás, le da otra sonrisa nerviosa a Rubí y camina hacia la habitación de las hijas para buscar sus cosas.
Ágata fija su mirada en Maca hasta que desaparece y luego se da vuelta para saludar a su hija. "Hola mi piedrita hermosa, ¿cómo te sientes?", camina hacia ella y le da un beso en la frente. Su hija la recibe con una sonrisa y la abraza, "mucho mejor mommy". Ambas se separan al escuchar que la otra mujer se acerca y se despiden de ella. "¿Cómo te parecio la Maquita? ¿Te cuido? ¿Se portó bien?". Rubí asiente suavememte; es una persona muy interesante.
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Fever Dream (rubirena)
RomanceRubí tiene fiebre y su madre le pide a su vecina, Macarena Correa, que la cuide por un rato. No tengo ni idea cómo escribir un fanfic (este es mi primero) y cero creatividad, pero di mi mejor esfuerzo. También intente no tener errores ortográficos...