-CAPITULO 1-

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-¡Señorita Amery!- oí gritar a lo lejos a la señora Ruth

-¡YA VOY!-Grite a todo pulmón para que lograra escucharme,

Salí de mi habitación dirigiéndome a la cocina, ahí atrás de la barra vi a la señora Ruth terminando de hacer el desayuno.

-¿Lista para un nuevo inicio de clases?-Preguntó con una sonrisa entusiasta, que de cierta forma lograba tranquilizar un poco mis nervios, como ella siempre sabia hacer.

-Pues digamos que estoy lista- dije con una sonrisa de boca cerrada, intente no poner mi peor cara no quería que se diera cuenta que todo esto seguía afectándome aunque ya habían pasado cinco meses... cinco largos meses en los cuales me costaba encontrar la luz en la oscuridad que sentía desde...

-Vamos muéstrame un poco más de entusiasmo se que harás nuevos amigos- dijo dándome una sonrisa triste, logrando sacarme de mis pensamientos por un momento.

-biennn....- suspiré dándole una sonrisa forzada

-Okey señorita Amery-

-Sabes que no me gusta que me hables por mi apellido, eres parte de la familia puedes hablarme por mi nombre

-Entendido señorita Livia- me dio una enorme sonrisa

Me apresuré a desayunar e ir a ponerme mi nuevo estúpido uniforme para no llegar tarde el primer día de clases en mi nueva escuela y me dirigí a la entrada principal de mi casa. Cuando salí al estacionamiento se encontraba el Sr. Dorian conduciendo la camioneta Lincon Navigator color blanca, la verdad ya no podía pensar en otra cosa que poder cumplir dieciocho años para poder manejar esa belleza de vehículo que mi padre había comprado hace unos meses antes de mudamos de Vancouver.... vaya que extraño mi ciudad. Vancouver era mi ciudad, mi territorio, tenia tantas cosas... mis amigos, mis lugares favoritos para pasear, mi casa...recuerdos de mi infancia, recuerdos con ella... recuerdos de los tres juntos.

-Buenos días Señorita Livia-dijo Dorian, al ver que me quede congelada por un momento.

-Buenos días- dije subiéndome a la camioneta en la parte trasera del copiloto 

En el transcurso de ida a la Secundaria me encontraba viendo a través de la ventana, veía pasar las casas, restaurantes, gente que se veía tan feliz con sus vidas. Por un momento podría pensar que todo era tan feliz en este mundo y solamente yo era la que se reprimía a todo eso. La muerte de mi madre me había dejado devastada sin ganas de seguir adelante pero sabia que eso no era lo que mi madre hubiera querido para mi, tenia que ser fuerte...por ella, ella siempre se emocionaba mucho al saber que faltaba un año para que por fin me graduara de la secundaria.

-Listo señorita Livia- dijo el Sr. Dorian, sacándome de mis pensamientos.

-Oh, gracias Dorian que tengas linda tarde

A empezar de nuevo... nueva vida, nuevas amistades, nueva escuela.

Al entrar me quede sin palabras, era una escuela que a lo lejos se notaba el dinero de cada persona, es una de las escuelas privadas más caras de la ciudad de Nueva York. Nunca entendía por que mi padre siempre trataba de meterme en las escuelas más caras... Oh espera, si se por que. Siempre trata de remplazar el tiempo que no esta conmigo y más ahora cuando falleció mi madre, como si el tiempo y el cariño pudiera ser remplazado con dinero. Que estúpido es eso, ¿No lo creen? Lo único que quisiera seria convivir mas con él... mi madre ya no estaría conmigo mientras el trabajaba fuera como siempre, me he quedado totalmente sola. Con decir que solo pudo estar 3 días en nuestra nueva casa, ya que lo llamaron de la oficina para ir a un viaje de ultimo momento a Rusia, ¿Acaso no podía quedarse unos días en casa? Sabia que el era el jefe y tenia que ir a firmar contratos y ver a socios... pero aun así me hacia falta y más ahora que solo éramos él y yo... sin mamá.

Tú y solo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora