Para mi mala fortuna había algo con mis hermanos, estaban en un sueño profundo no había manera de despertarlos por más que gritaba o los sacudiera no pasa nada. El refrigerador se encontraba lleno de imanes como típico refrigerador mexicano de los 2000, y estába afuera del cuarto mismo donde me encontraba con mis hermanos. No podía voltear y ver qué me seguía o que me observaba. La luz estaba apagada en la sala y en el comedor era una oscuridad que te atrapa, que te atrae y te aterra imaginarte que puedo ver dentro de ella.