Capítulo único.

7.3K 551 114
                                    

I dare you to let me be your, your one and only, I promise I'm worth it to hold in your arms, so come on and give me the chance to prove I'm the one who can walk that mile until the end starts.


Era a mediados de otoño cuando lo vio por primera vez, sentado en aquella blanquecina banca viendo hacia la nada, perdido en sus pensamientos, observando cómo reaccionaban sus finos rasgos por la ventisca mañanera, observando cómo aquella figura lloraba en silencio sin nadie percatarse de ello, excepto ella.


Sabía por su bien que no debía acercarse demasiado a las personas, no tener muchos amigos y sobre todo, no enamorarse.

Sin embargo, en víspera de noche buena, ella lo encontró (otra vez) temblando bajo una montaña de nieve, suplicando por ayuda que no era dada. En víspera de noche buena, ella ayudó por primera vez a alguien sin ser forzada.

Había discutido con sus padres, sus razones no eran las mejores del mundo como para arrancar, pero de igual forma lo hizo, como siempre lo había hecho. Como siempre había huido de los problemas y de las personas. Sin embargo, esa vez fue diferente, porque en sus cortos dieciséis años de edad nunca se acercó a alguien más, excepto ese día.


—Hey, ¿estás bien? —Pregunta tímidamente mirando sus pies enterrados en la gélida capa de nieve-. ¿No tienes frío?

—Déjame solo—solloza—Ándate de aquí, no necesito tu lástima.

—No te tengo lástima, sólo quiero ayudarte. Venga, es víspera de navidad ¿no quieres secarte un poco? De seguro tus papás se preocupan al verte así—tiende ambas manos para el extraño— Ven, después de todo no creo que después vuelvas a verme ¿o sí?

Siente sus frías manos posarse sobre las suyas, y extrañamente es el tacto más exquisito que alguna vez haya sentido. Sus tiernos y sedosos dedos colarse entre los suyos provocó una suave corriente eléctrica deslizarse por todo su cuerpo e inclusive en el músculo más importante, su corazón.

—Está bien, pero que sea rápido—dice y a continuación pierde el equilibrio haciendo caer a ambos en la nieve—¡Lo lamento! Oh de verdad...

—No te preocupes, vamos a casa ¿está bien?


Con una tímida sonrisa en su rostro, el chico asiente efervescente y ambos caminan juntos tomados de la mano, con la vil excusa de si cae uno caen ambos. Aunque para ella era su excusa perfecta para estar al lado del chico que misteriosamente, le roba el corazón poco a poco.

Para la sorpresa del chico, la casa no está muy lejos. El chocolate caliente en medio de la oscura cocina es lo que acompaña a ambos, están prácticamente escondidos debajo de la mesa, esperando que alguno de sus padres se vaya a dormir o por lo menos se dirijan al bar subterráneo que siempre ocupan en estas fechas, al menos la chica lo cree así.


—Sabes hacer rico chocolate—murmura—Ni mamá sabe prepararlo así, ¿cómo lo haces?


La chica se encoje de hombros mientras mira la graciosa cabellera del chico toda desparramada y mojada. Ambos se sobresaltan al sentir pasos acercándose, se suponía que ella debía estar a kilómetros de casa cuando está enfadada con sus padres, pero está ahí en casa, con un chico que apenas conoce y al mismo tiempo le encanta. Él procura esconderse entre sus rodillas con la taza de chocolate caliente como calefactor. Siente sus huesos congelados y reza por no estar tiritando. La chica está a su lado, y procura mantener el calor para ambos estando tan pegaditos como le es posible. Disfrutando extrañamente de la cercanía del otro, el chico siente una extraña calidez en el corazón.

One and Only ✧ JinWhere stories live. Discover now