—yoonie, tus ojitos son hermosos.— habló el de cabellos castaños, mirando a su novio el cuál, con un sonrojo sonreía mostrando su blanca y linda dentadura junto con una risita.
— siempre me lo dices, incluso si pudiera te los daría.— ahora, la sonrisa se esbozó en el contrario, mismo que acercó su rostro a los labios de Min, besandolo con una delicadeza total siendo correspondido de la misma manera.
ambos disfrutaban de un día de campo, había los dulces favoritos de jeongguk, los cordiales de alcohol, y el pastel favorito de yoonie, limón con moras azules entre más comidas y bebidas previamente compradas por Jeon. era una tarde hermosa, el cielo reflejaba distintos tonos naranjas y rosados, y las primeras estrellas comenzaban a presentarse en el abasto cielo haciendo el ambiente de su cita tan hermoso como el de la primera.
— parece una mentira que tengamos casi dos años, cielito.— musitó Jeon, tomando una de las tersas manos de su pequeño novio, besando el puente de este, y eran esas pequeñas cosas por las que yoongi había caído perdidamente entre los brazos de su novio, él era perfecto ante sus ojitos.
— jamás podría haber pedido algo mejor que tú, porque sería imposible encontrarlo.—
era una pareja melosa, sí, pero ¿cómo no serlo? si ambos sentían que habían encontrado al amor de su vida, la persona con la que pasarían el resto de su tiempo en este mundo, donde pasarían sus alegrías, como cuando compraron una paletita de cereza y por accidente yoonie la tiró y Jeon le dio la suya, o cuando se mudaron a su departamento, o cuando fueron a comprar las sábanas que ahora compartían en su cama, y donde también pasarían sus penas, que por mencionar alguna como la pérdida de su mascota, sin duda algo muy triste.
pero ahí se encontraban ellos dos y el [ahora] azul del cielo, un azul profundo y hermoso, que se despedía de los últimos rayos que el sol podría darles, abriéndose paso la luz de la luna en la velada.
— ahora vengo.— nuevamente habló jeongguk yendo al auto estacionado al lado de ambos, sacando unas cuantas cosas, entre ellas unas velas, encaminó su regreso al lugar y encendió las velas aromáticas, de vainilla [el olor favorito de yoonie] logrando que la luz de la flama iluminara a la pareja.
— jeonggukie, ¿por qué yo? es decir, ¿por qué me elegiste a mi? eras el más guapo de la Universidad, y además, un médico impecable, todos querrían estar a tu lado.— susurró el menor, Jeon supo a través de sus palabras que reflejaba la inseguridad que solía tener, aunque Jeon siempre le repetía lo mucho que lo amaba y lo perfecto que era, sabía con certeza que no sería fácil borrar las inseguridades de su novio.
— ¿cómo no amarte, gatito? te veías tan adorable temblando cuando a los de tu aula les tocaba ser voluntarios para las prácticas de inyección de los de medicina. cuando tus ojitos se quebraron en mil pedazos al ver la aguja que entraría en tu bracito.— en su sonrisa podía notarse lo enamorado que estaba de su pareja.
— ¿sabes? esa fue la primera vez que en verdad aprecié tus ojos, y jamás me arrepentiré de buscarte con el pretexto de que tiraste la bandita que te puse después de inyectarte.— ambos rieron bajito al recordar la anécdota de cómo se conocieron.
— ggukie... no sé si seguirme riendo de eso, o llorar por lo lindo que eres conmigo. — su boquita se abultó formando un adorable pucherito que casi de inmediato fue besado por jungkook.
— deberías símplemente, besarme.— relamió sus labios y tomó las manitos de yoonie, atrapandolas en sus grandes manos acariciandolas con su pulgar en forma de círculos. yoongi tomó la palabra de lo que dijo su novio y lo besó, bajando sus párpados para así cerrarlos haciendo que sus largas pestañas tocaran su piel.
entre medio del beso, gguk lo levantó haciendo que ambos se pararan ahora siendo más clara la diferencia del tamaño que existía.
— mi amor, tú sabes más que nadie, todos los sentimientos que tengo hacia ti, que no sé cómo, pero logras que pierda mi capacidad de pensar en algo más que no seas tú, también sé que nadie me ama como sólo tú puedes hacerlo, y como yo lo hago incondicionalmente, y quisiera preguntarte algo, que me pone los nervios como ninguna otra cosa.—
en ese instante, su rodilla se apoyó en el césped y sacó una cajita de terciopelo negro, y la abrió mostrando un anillo con una piedra preciosa en el centro.
— ¿quieres casarte conmigo, yoonie?— en ese momento, el antes mencionado se deshizo en un llanto de alegría mientras asentía sintiéndose incapaz de pronunciar algo, Jeon le puso el anillo en su dedo anular y lo abrazó dejando que las lágrimas de yoongi calleran en él.
— sa-sabes lo feliz que me- me haces, ggu-ggukie— habló por fin entre hipidos, sus mejillas y naricita estaban rojas por el mismo llanto, y besó nuevamente a su novio tomando sus mejillas.
— me hace feliz que esos ojitos sólo me miren a mi, porque a través de tus ojitos puedo ver el cielo entero.—
no separaron su abrazo, todo se quedó ahí, un cielo estrellado y dos almas profundamente enamoradas.
❁
tokyo.