Extra.

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El pelinaranja se encontraba caminando a paso lento hasta la entrada del instituto. Su cara de pocos amigos lograba una función repelente a cualquier persona que quisiera acercarse a dirigirle la palabra. Había pasado una mala noche por culpa de su vecino.

Con un suspiro abandonando sus belfos entró al establecimiento, encontrándose con la imagen de su amigo babeando como idiota mientras observaba no muy discretamente al lindo pecoso de nacionalidad australiana.

Soltó una risa llena de burla antes de acercarse y cerrar la boca del peliazul.

—Por poco y formas un charco, eh —murmuró soltando una risa ante la mala mirada que le dirigió este.

El menor rodó los ojos antes de cambiar su expresión a una de picardía.

—¿Te has enterado que entrarán estudiantes de nuevo ingreso? —cambió de tema en un intento de evitar las burlas del mayor.

—Puedo asegurar que casi nadie sabe siquiera eso. No entiendo cómo es que te enteras de todo antes de que siquiera lo anuncien.

—Tengo un buen informante —sentenció con altanería.

—Sí, sí, como sea ¿Cuál es tu punto? 

Con una gran sonrisa en su rostro, el peliazul continuó— Mi punto aquí, mi querido hyung, es que tal vez dejes de verte como un amargado total y encuentres a alguien con quien salir.

El pelinaranja le miró con mala cara antes de estrellar su puño sin tanta fuerza pero si con la suficiente en el brazo del bajito para sacarle un quejido a este.

—Estoy bien como estoy, no necesito parecer como tonto enamorado al igual que tú. Y hablando de eso, ¿cuándo piensas acercarte a Lee?

El bajito soltó un suspiro frustrado, girando en dirección a su casillero para reposar su frente en este.

—No lo sé, cada que intento acercarme a él me pongo tan nervioso que no puedo evitar salir huyendo como cobarde...

Minho dejó algunas palmaditas en la espalda del contrario como consuelo.

—Es que lo eres, amigo.

—Eso no ayuda, ¿sabes?

El pelinaranja soltó una risa burlona, ganándose algunos insultos por parte del menor. Pero su discusión se vio interrumpida ante el bullicio que había empezado de la nada.

Curiosos se dirigieron sus miradas hacia donde todos miraban, encontrándose a un grupo de estudiantes que nunca habían visto.

—Hey, Bin. ¿Cuándo llegaban los estudiantes de nuevo ingreso? —preguntó curioso al peliazul quien llevó una de sus manos hacia su mentón, pensado en lo que preguntaba el mayor.

El rostro del bajito se iluminó y chasqueó sus dedos apuntando al pelinaranja— Llegaban hoy. La mayoría son extranjeros y era algo así como una sorpresa. O eso me dijeron.

Se escogió de hombros morando de nuevo hacia el tumulto de gente. Mientras que todos susurraban en secreto sobre el asunto, uno de los profesores se abrió paso entre el alumnado hasta llegar hacia el grupo de los nuevos.

Al parecer les estaba dando la bienvenida. O eso entendían con su pobre inglés. El bullicio entre el alumnado aumentó cuando el profesor empezó a guiar a los nuevos hasta el establecimiento, provocando suspiros entre los alumnos ante los chicos y chicas que habían en el grupo.

El pelinaranja iba a desviar su mirada desinteresado de ver a los nuevos entrar, hasta que una cabellera de lindos rizos rubios le hizo detenerse. Entre el grupo se encontraba un lindo chico con rasgos asiáticos pero gracias a su ropa se notaba que no era nativo.

Rubio, con lindos rizos, estatura promedio, una hermosa sonrisa acompañada de bonita hoyuelos y una mirada amable y encantadora. Minho no pudo evitar quedarsele viendo sorprendido, y el chico al parecer lo notó porque miró en su dirección, regalándole una gran sonrisa y un pequeño saludo con su mano que no hicieron más que flechar su pobre corazón.

Ojalá Changbin no lo haya visto.

—Oye Min, ahora el que hará un charco eres tú, limpiate la baba —dijo con burla.

El pelinaranja salió de su trance sonrojándose completamente mientras desviaba su mirada a otro lado. Llevó sus dedos disimuladamente a su boca y encontró que en serio estaba babeando y quiso que la tierra lo tragara y escupiera en otro lugar.

Pero eso no evitaría las burlas de su amigo todo el día. Y tampoco que sacara esa linda sonrisa de su mente, ¿había visto a un ángel acaso?

El timbre de inicio de clase sonó interrumpiendo sus pensamientos, y con su cara tan roja como un tómate se dirigió hacia su salón sin darse cuenta que el peliazul había desaparecido de su lado.

...

Anteriormente había dicho que iba a sacar un extra de esta fic y he aquí el susodicho. Espero les haya gustado, burbujitas ^^

Y para los que tenían curiosidad por saber quién es el informante de Changbin, es el conserje que es un chismoso de primera JAJA.

. ☁︎ ࣪ . 𝗲𝗹 𝗿𝗲𝘁𝗼 𝗱𝗲𝗹 𝗯𝗲𝘀𝗼 ⋆ chanho ‹3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora