Me desperté sin ganas de nada, tenía resaca y no había dormido para nada bien... Me desperté en el suelo de la casa de mi mejor amigo, Simón, estaba todo patas para arriba. Me levanté y vi botellas por todos lados, basura, vómito y gente durmiendo repartida por el suelo y los muebles de la casa.
Decidí empezar a ordenar para ayudar a Simón... Realmente todo estaba MUY desordenado, no me acordaba de nada de la noche anterior, todo estaba muy borrroso en mi cabeza.
Después de ordenar me dirigí al baño para ducharme, vestirme e irme. Saqué una polera del clóset de Simón y una toalla, prendí la ducha y la disfruté, cerré los ojos y sentí como las gotas de agua caían suavemente sobre mi cuerpo. Salí de la ducha, me sequé, me vestí y salí del baño, todos seguían durmiendo plácidamente, desperté a Simón para despedirme y me fui.
Empecé a caminar por las calles del centro de la ciudad, era temprano, eran las 11am nada más. Me fui escuchando música hasta que llegué a la universidad. Estudiaba Teatro y estaba en 2do año, estoy becada y soy indigente, si, no tengo casa, no tengo donde vivir y apenas tengo una mochila con ropa, un cuaderno y lápices, la comida la robo, igual que todo lo nuevo que puedo llegar a tener y duermo en casas de amigos o en albergues.
Todos dirían "oh pobrecita, no tiene casa, cómo es capaz de seguir viviendo una vida tan difícil y miserable" bueno, no es que me encante, pero he aprendido mucho viviendo mi vida así y prefiero ver el vaso medio lleno.
Llegué a la universidad y me encontré con mi gente, estaban sentados fumando marihuana, me senté y me uní, las clases eran más interesantes así. Empezamos a reírnos y disfrutar el momento hasta que dieron las 12.30 y tuvimos que entrar a clases. Teníamos "Movimiento y Expresión Corporal". Dada terminada la clase, salí al patio de la universidad y choqué con un tipo, dadas las condiciones en las que estaba me caí al suelo.
-Uuuh perdón!
-Da lo mismo.- me reí con una risa falsa como diciendo "no te preocupes".
Me ayudó a levantarme y lo pude ver bien, era guapo, pero nada especial...
Me iba a ir cuando siento que me dice:
-Hey! Puedo saber tu nombre?
-Trinidad y tu cómo te llamas?
-Pablo, te invito a un café.
Obviamente lo acepté, no era como si tuviera la opción de llegar a una casa y abrir un refrigerador para comer lo que se me plazca.
-Bueno, vamos.
Nos sentamos en la cafetería de la universidad.
-Qué quieres pedir? Pídelo con toda confianza.
-Seguro?
-Si, si, es lo mínimo que puedo hacer después de tirarte al suelo.- se rió, yo también me reí, pero estaba más concentrada en que "podía pedir lo que quisiera con TODA CONFIANZA", esto iba a estar bueno.
-Bueno.-le dije- Quiero... Un café de vainilla, un sándwich de jamón y queso, un paquete de galletas, un jugo y cheescake de Oreo.- Sonreí y el puso sus ojos como plato.
-Mmm... Parece que comes mucho ah? Así que veo que ya sabes de donde vengo...
-Perdón? -No entendía nada...- Es primera vez en mi vida que te veo y apenas sé que te llamas Pablo.
-Bueno, para pedir tanta comida...- Lo interrumpí.
-Bueno, tal parece que tu no sabes de donde vengo yo...
-Mmm... Cierto.. Bueno, de dónde vienes?
-Absolutamente de ninguna parte.
-Cómo es eso?- Tenía una cara de confundido demasiado chistosa.
-Soy indigente.
-No entiendo... Eres indigente pero aún así estás en una buena universidad... Eres becada?
-Exactamente.
-Uf... Perdón si hubiera sabido antes no te hubiera dicho nada...
-Tranquilo, igual me dejaste con la duda... Te toca decirme de dónde vienes.
-Mi familia es muy acomodada en cuanto a dinero... Se comenta mucho por los pasillos, por eso supuse que lo sabías.
-Mmm.. no, digamos que no me interesa saber cosas de gente a menos que me las diga la propia persona.
-Me gusta como piensas... Y qué estudias?
-Teatro, voy en 2do año y tu?
-Arte, voy en 3er año... Que loco nunca habernos visto o haber escuchado del otro durante 2 años!- Se rió.
-Si. - Le respondí.
-Bueno, voy a ir a pedir nuestra comida y vuelvo.
Me quedé sentada en la mesa mientras esperaba a que volviera, la verdad es que yo no era muy de estas cosas pero... Igual se nota que es buena persona. Prendí un cigarro y vi cómo volvía a sentarse a la que sería nuestra mesa, tomó asiento y me sonrió.
Lo empecé a analizar, ya que no me había tomado el tiempo para hacerlo, tenía pelo café con rulos, ojos cafés, era moreno de piel y tenía unas cuantas pecas en la nariz y pir debajo de los ojos. me quedé media atontada tratando de analizarlo bien.
-Aló?... Qué pasa?- Me preguntó extrañado de porqué lo miraba tanto.
-Perdón- Me reí, me dio mucha vergüenza.
-Me estabas analizando?- También se rió, era bastante simpático la verdad.
-Si, me descubriste.
-Bueno, que lograste analizar?
-Tienes el pelo café y rulos, tienes los ojos cafés, eres más bien moreno de piel y tienes más de una peca en la nariz y debajo de tus ojos.
-Mmm... Se nota que eres de Teatro, te estás fijando mas bien en lo físico, los de Arte nos fijamos más allá de eso.
-Ah si? Demuéstralo, analisame a mi.
-A ver... tienes el pelo azul, te lo lavaste hoy, te comes los dedos - automáticamente escondí la mano que no sostenía el cigarro.- Tienes pena, se te nota en los ojos, son verdes con un dejo de café claro, además, se nota que saliste ayer en la noche ya que tienes delineador corrido, tienes las mejillas para dentro lo que significa que a veces no puedes comer y tienes la nariz perfecta con unas cuantas pecas y un arete lo que demuestra que tu también crees que es perfecta.
Me quedé en silencio... Me impresionó que un hombre pudiera ser tan transparente.
-Mmm... Bueno, te creo.-Me reí.
-Gracias.- Se rió.- Me caes bien, eres callada, pero al mismo tiempo es divertido ya que hay algo misterioso que me hace querer estar mas contigo y saber mas de ti.
-Gracias, supongo.-Me reí.- Tu eres muy simpático, tienes mucha personalidad, eso me gusta.
Nos quedamos mirando como idiotas hasta que llegó la mesera con todas mis cochinadas y el café del niño arte llamado Pablo, empecé a comer desesperada, no comía nada hace más de 24 horas, comía y comía hasta que me sentí observada... Miré a Pablo y me estaba mirando con una cara como de ternura y compasión, se notaba que no era lástima, si no... Compasión. Le sonreí.
-Perdón, tenía mucha hambre.
-Está bien, me alegra poder ayudarte.
Tenía una sonrisa tan sincera en su cara...
-Bueno, que harás esta noche?- Me preguntó.
-Nada.
-Quieres venir a mi casa?
-Bueno, dame tu dirección.
Me dio su dirección y quedamos en juntarnos en la noche.