CAPITULO 6

18 5 2
                                    


Me desperté por la luz que entraba de mi ventana, alcance mi teléfono para ver qué hora y me encontré seis llamadas perdidas de Grace, eran las dos de la tarde por lo que me dirigí al baño, me cepille los dientes y después me di una ducha. Cuando salí me puse unos vaqueros blancos, un top negro y unos tenis, cogí mi móvil y marqué el número de Grace.

- Ya era hora de que me llamaras.- me dijo al otro lado de la línea.

- Perdón, ayer me dormí tarde y hace poco que me desperté.

- Hablando de eso...

- ¿De qué me dormí tarde?- le interrumpi.

- No tonta de que Ahren te llevó a casa.

- Pero si yo no he hablado de eso.

- ¡Clare!

- ¿¡Que!? ¡Es verdad!

- Olvida lo que te he dicho, Ahren te llevó a casa ¿verdad?

- Si

- ¿Y bien?

- ¿Y bien qué?

- ¡Pues que pasó!

- ¡Que va a pasar! Me trajo a casa y ya.

- ¿Ya está, no paso nada más?

- También me ayudo al vomitar.

- ¿Que?

- Que también me ayudo a vomitar.- repetí

- ¡Ya lo se! Me refiero a que... ¿Sabes qué? Da igual, continua.

- También me quito el maquillaje y me acostó en mi cama.

- ¿¡Pero vosotros no os odiabais!?

- Si.

- Eso no lo hacen las personas que se odian.

- Iba borracha y por tu culpa no tuve otra opción de ir con él.

- Eso es verdad, pero era solo llevarte a tu casa.

- Ya lo sé, pero...

- Y por lo que vi en el cuarto cuando jugábamos me deja con más dudas.- me interrumpió.

- No quiero hablar de eso por teléfono.

- ¡Aja! Así que sabes que tengo razón.

- No, pero te dije que no quiero hablar de eso por teléfono.

- Entonces nos vemos en la puerta de tu casa en diez minutos.

- ¿Qué? ¡No! Grace espera.- pero ya había cortado. No tuve otra opción que bajar y esperarla en la entrada, cuando pasó el tiempo la vi acercándose con unos vaqueros azules claros, un top blanco y unas sandalias.

- ¡Buenos días amiga del alma!

- ¿Pero que te pasa?

- A mi nada.

- ¿Estas drogada?

- Sabes que, ya no seré cariñosa contigo nunca más.

- Te lo agradezco.

- Bueno ahora cuéntame lo que paso ayer.

- Por eso estabas tan amable.

- ¿Todavía no te has dado cuenta? Venga cuenta.

- Que pesada eres, espérate al menos a que estemos en otro sitio.

- Estas muy mandona.

Nos fuimos a un bar que había por nuestra calle, nos sentamos en una mesa y yo pedí un refresco. Vi que Grace iba a volver a hablar asi que antes de que lo hiciera le contesté.

Epifania | Un Nuevo Encuentro [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora