he's just not into you [reki x langa]

03

La mano de Reki se sentía tan cálida y áspera, mientras que la de langa sudaba y esto lo ponía nervioso. Sus respiraciones se juntaban en una y el calor los inundaba. Estaban tan cerca, la mente de langa no lo lograba comprender. «¿Por qué Reki no se aleja?» Langa pensaba, con una esperanza ardiente de que tal vez, solo tal vez Reki sentía lo mismo por él.

Y el cuerpo de Langa no respondía por más que pensará que lo mejor era alejarse por miedo. Miedo a que Reki le tuviera asco, miedo de perder su amistad con Reki, miedo a que Reki se alejara de él, miedo de perder a la persona que más ama. Pero langa no se alejaba. Deseaba tanto besarlo que no se alejó ni un poco del rostro de Reki. De repente la puerta se abrió y asustados Reki y Langa se alejaron. Era la mamá de Reki.

— hola Langa, hola cariño ¿interrumpí algo? ¿ya cenaron? — dijo ella con un tono amable. Langa se encontraba en el suelo, en una esquina de la cama y Reki en la otra esquina tras separarse del susto repentinamente. Las mejillas de ambos estaban tan sonrojadas y se veían nerviosos. Langa solo miraba al suelo sumamente nervioso y con un dolor en el estómago. No eran las típicas mariposas de cuando estás enamorado, era un dolor de nervios, miedo, vergüenza y pánico que le dolía mucho y hacia que le temblara la voz cuando respondió con un "buenas noches"

— No, no mamá, todo está bien . Ya cenamos pizza — dijo Reki casi riéndose nerviosamente. La mamá de Reki lo miro extrañada, frunció el ceño y se acercó a Reki.

— Reki Kyan. Te dije que no me gusta que comas tu cuarto y menos en tu cama ¿Y por qué tus almohadas están en el suelo? Eso después lo vas a poner en tu cara. Tu cama está llena de migajas de pizza y tus almohadas están sucias, ahorita mismo te me pones a limpiar todo. — la mamá de Reki lo seguía regañando y él se veía tan avergonzado que le causaba ternura a Langa.

Los nervios de Langa se fueron desvaneciendo tras ver cómo Reki y su mamá se peleaban. Reki se trataba de defender de manera absurda aunque sabía que su mamá ya le había advertido que no comiera en su cuarto. Langa los miraba algo incómodo pero a la vez con una ligera sonrisa. Poco a poco Reki trataba de hacer reír a su mamá y cambiar su humor en medio de la discusión para que finalmente ella también riera. Y es que reki siempre podía cambiarle el rostro fruncido a cualquiera, sabía muy bien como tratar con las personas que amaba. Sabía que su mamá no se resistía a sus encantos y bromas.

— está bien hijo, pero recuerda no volver a hacerlo. Limpia tu cuarto y pon a lavar tus almohadas, los dejo. Adiós Langa, perdón por la  incomodidad — dijo la madre de Reki con una sonrisa para luego cerrar la puerta.

Langa miro a Reki y los nervios volvieron, esa sensación horrible en su estómago regresó y no sabía que hacer ni decir. Sentía que se veía tan incómodo y eso lo hacía ponerse aún más nervioso, su cuerpo entero estaba ardiendo y quería huir. Reki lo miro y le dirigió una sonrisa nerviosa.

— ¿me vas a ayudar a limpiar el cuarto o te vas a quedar sentado? — dijo alegremente, con algo de nerviosismo pero tratando de esconderlo y era casi imposible percibir que Reki estaba nervioso. Menos para Langa, porque lo conocía tan bien que sabía que había un ligero nerviosismo en él. Lo notó por la forma en la que movía el tobillo, Reki siempre movía el tobillo circularmente cuando estaba nervioso, pero en realidad a Langa no le molestó que Reki hiciera como si nada hubiera pasado, después de todo eso era mejor a qué las cosas entre ellos se volvieran incómodas, o aún peor, que le dejara de hablar.

— ¿En qué ayudo? — dijo Langa levantándose. El fastidio en su estómago se estaba yendo y se logró soltar un poco más. Reki se inclinó a recoger la almohada en la que se había sentado y luego de levantarse habló

— mmm, ayúdame limpiando las migajas. Levanta la colcha y sacudela, luego voy a barrer y tender la cama. — Reki se acercó a Langa y se agachó para recoger la almohada en la que el canadiense se había sentado.