Jimin estaba muy nervioso, Yoongi sí lo había terminado citando, más específicamente en una cafetería muy bonita en el centro de Seúl.
Sentía temblar sus manos por lo ansioso que se encontraba. Si bien ya conocía su voz, su rostro y un poco de su personalidad gracias a las videollamadas que habían hecho, verlo cara a cara sería una experiencia totalmente diferente.
Y así como traía cosas buenas que emocionaban a su corazón que latía fuertemente contra su pechito, no podía evitar las inseguridades que a veces aparecían para atormentarle.
¿Y si Gigi se decepcionaba de él? ¿Y si lo aburría? ¿Y si no era lo que esperaba?
Y hubiera seguido de aquella forma, atormentándose constante con preguntas si es que una mano no se posaba en su hombro sacándole de su ensoñación.
El menor volteó rápidamente y sus ojos miel hicieron contacto con los orbes oscuros y gatunos. Una bonita sonrisa que mostraba tiernamente unas encías estaba plasmada en el rostro contrario.
Su hyung era mucho más lindo de lo que pudo ver mediante vía virtual.
—G-Gigi hyung...
—Hola, Jiminnie—el mayor sin esperar otra respuesta, atrajo hacia su cuerpo a su dulce acompañante, estrechándolo fuertemente en un abrazo donde pudo disfrutar más de cerca el olor tan suave que desprendía el shampoo del menor, porque por la posición pudo enterrar su nariz en las hebras doradas.
El menor con cierta timidez, dirigió sus manos al abrigo tan suavecito que traía su hyung, como si no quisiera soltarle por nada del mundo pues aquel sentimiento tan cálido no lo cambiaría por nada.
Luego de unos minutos de estar así, con un cómodo silencio en el ambiente se separaron y el de mirada felina tomó asiento frente a Jimin mientras este le observaba atento y con las mejillas un tanto ruborizadas y calientes.
—No sabes cuánto he deseado verte en persona.
—Yo igual, Gigi hyung.
—Que sepas que tu belleza no les hace justicia a las fotos, en vivo y en directo eres más precioso.
—Hyung... No diga esas cosas que no voy a sentir más mi rostro por lo caliente que está.
—Es más hermoso con el rubor que cargas—musitó con sinceridad y Jimin rio bajito. Su Hyung quería matarlo de ternura.
La plática siguió muy amenamente luego de que ambos pidieran a la amable mesera su respectiva orden.
Un té helado para Yoongi, un batido de chocolate para Jimin y dos porciones de pastel de manzanas con nueces.
Estaban disfrutando de su comida, conversando de temas tales como su mudanza, los planes que tenía en Seúl, cómo había congeniado con la pareja que le estaba alquilando su nueva vivienda, donde Yoongi afirmó que estaba muy contento porque Seokjin y Namjoon habían sido muy amables como su mejor amigo Hoseok le había dicho.
Siguieron así por un rato más hasta que el menor notó que su hyung dejó de comer.
—¿Pasa algo, Gigi hyung? —cuestionó dudoso y el mayor negó con la cabeza.
—Jiminnie... Hay algo que quisiera decirte antes de seguir porque la verdad no sé cuánto más podré guardarlo dentro de mí.
—Oh... Claro, hyung, soy todo oídos—sonrió tratando de normalizar la seriedad del ambiente y regalarle confianza al chico pálido frente suyo.
—Me gustas Jimin... Demasiado diría yo y aunque apenas hoy nos vimos en persona quisiera que consideres la opción de convertirte en mi pareja.
Al mencionado se le cayó la pequeña cuchara de su mano causando un sonido agudo al chocar con el plato.
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My only one; ym au
FanfictionJimin era un chico inexperto en el amor, tan solo quería ser la primera opción de alguien, que por fin pudiera decir que una persona lo amaba de verdad. Sin embargo siempre terminaba con las personas incorrectas, que lo único que lograban era destru...