Si supieras bonito...

13 1 0
                                    

El maldito sonido del despertador me estaba taladrando los oídos, podía jurar que en cualquier momento empezaría a perforarme el cerebro. Trate de levantarme, pero note que algo o mejor dicho alguien me sujetaba por la cintura, me gire lentamente en la cama y abrí los ojos sabiendo con quien me iba a encontrar

-Buenos días Ina - Me dijo mientras dejaba un tierno beso en mi frente para después dirigir sus labios a mi oído y susurrar con voz algo ronca -deberías apagar esa cosa y así podríamos seguir con lo que hacíamos anoche. -

Sentí como el calor se apoderaba de mi cuerpo pues la propuesta era demasiado tentadora pero no podía, debía levantarme o Noor me mataría de forma lenta y dolorosa. Separé mi cuerpo del de mi acompañante todo lo que él me lo permitió y estuve a punto de mandar toda la planificación que había existido para este día al demonio al ver sus ojos azules algo nublados por el deseo.

-Ángel... si no me sueltas no podré detener el ruido- dije poniendo todo mi aplomo en esas palabras para no subirme sobre su cuerpo y así tener una nueva sesión de sexo intenso con el.

Vi como fruncía un poco el ceño y después suspiraba para soltarme acariciándome de forma muy provocadora la cintura "vamos... no cedas" me dije mentalmente apreciando como giraba sobre sí mismo y se sentaba al borde de la cama, pude apreciar como los músculos de su espalda se marcaban y como su dorada cabello le acariciaba nuca justo donde moría yo por dar pequeños besos.

- ¿lo apagaras o debo mejor lanzarlo por la ventana? - sus palabras me hicieron volver a la realidad, me gire rápidamente y busque en la mesa de noche mi celular sin ningún éxito.

-Ángel, ¿has vito mi teléfono? - pregunte girándome y quedando de nuevo helada, hay estaba el completamente desnudo con su abdomen bien trabajado, sus brazos del grosor perfecto para tomarme con firmeza, sus piernas fuertes y su...

- ¿lo vas a tomar o no? - me dijo con un tono burlón sacudiendo mi móvil frente a mis ojos ya con la alarma apagada.

Estaba segura que mis mejillas debían estar compitiendo con el color de mi cabellera al verme descubierta observándolo, pero me limite a sonreír en respuesta a sus palabras y tome mi celular de entre sus manos -gracias- le dije y vi como él se volvía a enderezar en todo su esplendor y se dispuso a buscar su ropa que en alguna parte de la habitación.

Mire la hora: 7:10... debía estar en la universidad ya cambiada, lista y dispuesta a las 7:45 y yo aún estaba en la cama observando como mi mejor amigo se vestía lentamente y pensando en que seguramente el no estaría muy feliz si se enterase lo que este nuevo semestre implicaba y de todos los secretos que los lideres le estaban ocultando a los más jóvenes de la manada "y porque no se lo dices entonces?" me dijo una voz interior la cual preferí ignorar para continuar disfrutando de la vista.

Ángel siempre había estado para mi desde que tenía memoria, él estuvo a mi lado en los momentos más significativos, nuestro primer día en el jardín de infantes, la primera vez que intente cazar... y fracase, el día que por fin logre escuchar y reconocer la esencia de todos los que estaban a por lo menos 1km a la redonda, el momento en que me entere que mis padres murieron y la primera vez que pude cambiar. Trate de hacer memoria y recordé la primera vez que nos besamos, él siempre me había dicho que yo le gusta a pesar de mi para nada atractiva apariencia en aquella época, sin embargo a nuestros 13 años ocurrió ese primer contacto que con el paso de los años, nuestros cuerpos creciendo y las hormonas cada vez más volátiles se tornaron en algo más, los besos dejaron de ser inocentes y las caricias cargadas de deseo hacían que la piel me quemara cada vez que ocurría el más mínimo roce, hasta que por fin pasó e hicimos ese pacto silencioso indicando que ambos queríamos que se repitiera, ahora con 22 años ambos seguimos compartiendo lecho bastante a menudo.

Entre el Odio y el DeseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora