XXII - 22

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Los pedazos de cristal seguían resbalando por sus mejillas sin temor de detenerse ni apresurarse una milésima de segundo.

Apenas entendía como había llegado a un lugar que le propiciara refugio de las miradas indiscretas y llenas de malicia que nadie se molestaba en disimular.

Al fin y al cabo, medio instituto se habría enterado ya de la noticia, y no debía faltar mucho para que la otra mitad se enterara. Después de todo, estaban esperando que pasara, y los rumores vuelan más que un ave en sus últimos instantes.

¿Que tan cruel puede llegar a ser el mundo, que la expectativa que todos tenían sobre él, era que le rompieran como a un bello cristal, sin llegar a considerar su corazón por un simple segundo?

Todo el colegio esperaba el momento en el que Minho le dejara por completo.

Ni siquiera habían sido pareja en un primer lugar, no tenía sentido.

Sin embargo, ambos llegaron a actuar como lo que Jisung cree que sería una.

Aún tenía el recuerdo fantasmal de cuando tomaba su mano en la suya, de cuando le abrazaba la cintura con delicadeza y de cuando los labios ajenos se posaban sobre los suyos cuál adolescentes enamorados.

Pero tal y como el fuego lo destruye todo a su paso, el amor también es capaz de hacerlo sin siquiera realizar esfuerzo.

Puesto que el único que se enamoró en toda esta historia fue Jisung.

El único que se destruyó de los dos.

El que perdió el juego.

El mencionado sentía el frío del suelo en el que se encontraba en su tiritante cuerpo.

No sabía de dónde había sacado las fuerzas para levantarse de enfrente de su habitación y llegar al baño más cercano para derrumbarse nada más llegar.

Ni siquiera había entrado a alguno de los cubículos, solamente se había dejado caer al piso nada más su espalda hizo contacto con la pared más cercana.

Se sentía tan engañado, tan inútil, tan sucio...

No sabía cuánto tiempo llevaba así, bien podían ser cinco minutos o cinco horas.

Estaba solo.

Había perdido a todos los que alguna vez parecieron importarle.

¿Que fue de aquellas tardes de estudio en la biblioteca con Felix y Seungmin?

¿Cuando perdió todo aquello?

¿Y cuánto perdió por culpa de enamorarse?

¿Valía la pena siquiera?

Felix y él habían sido mejores amigos desde hacía tanto tiempo. Tantos años de amistad, contándose absolutamente todo, pasando tiempo juntos, siendo inseparables... Para acabar sin siquiera poder dirigirse la mirada mutuamente.

Jisung odiaba todo y se odiaba a si mismo.

Sabía que si conseguía salir de aquel asqueroso agujero que eran los baños, solo recibiría risas y burlas de parte de los demás estudiantes.

No tenía nada, no tenía a nadie.

Estaba completamente solo, siendo alguien miserable.

Las lágrimas no parecía que fueran a dejar de caer, cada una representando un sueño roto que se escapaba de su mente.

¿Que futuro iba a tener?

Se había preparado toda la vida con la expectativa de terminar estudiando medicina. Ser un gran doctor que salva la vida de millones de personas. Casarse con una hermosa mujer y tener hijos a los que criaria de igual manera que sus padres hicieron con él.

ʙᴀᴅ ᴀɴɢᴇʟ (ᴍɪɴꜱᴜɴɢ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora