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—Y lo importante, nunca pudiste demostrarme una gota de amor, ni con una poción se puede ablandar tu corazón de piedra... Y no entiendo porqué me buscas ahora su durante estos 4 años jamás me hablaste con un poco de cariño, y ellos desde el día en que entré aquí si lo hicieron, me dieron más amor en una semana que tu en toda mi vida...

—¿Crees que solo se vive del amor?

—No, pero si eres joven necesitas un poco de amor de tu supuesta familia

—¿Vienes?—Magui niega—Ahora es todo tu culpa...

Se fue, Magui no entendía nada: ¿Qué es su culpa? Algo pasará... Ella abrazó fuerte a Bill que en más de una ocasión la ayudó.

—Sientense a comer y tranquilízense —Eso hicieron todos, Magui comió mucho como para haber estado en un situación extraña.

—¿Tenías hambre?—Sirius rie ante su pregunta.

—Mucha, me olvidé de desayunar jaja—A Sirius esa pequeña le recordaba a su prima que tanto quiere, Andrómeda. A veces piensa que es su hija, tiene razgos tan parecidos, hacen los mismos ademanes, se ríen igual, y hasta son físicamente iguales.

—Y a tu edad el hambre vuelve con más fuerza—Ron asiente comiendo mucho pero mucho pollo.

A la siesta Fred tenía un cita, no, no es con una mujer, es con un señor para comprar algo, un anillo parecido al que le regaló a Magui para navidad pero, este brillaban cuando están juntos. Es un acto tan tierno y bonito, pero no tanto como para el que hará luego de que se lo dé.

—Joven ¿Le parece que está bien ese brillo?—El señor podía decidir el brillo y durabilidad de la luz del anillo.

—Solo un poco más, y quiero que dure 2 segundos nomás—El señor lo arregló a los gustos de Fred y se lo dió en una cajita roja.

—El de la jovencita—Se lo guarda en una bolsa con flores—Y el suyo—Se lo muestra, Fred asiente y lo guarda.—Son 20 galeones—

A Fred le pareció bien el precio por la calidad del anillo. Luego agarró rápido su escoba, metió la bolsa en su chaqueta y volvió a su casa.

Allí saludó a Magui y se fue a esconder esos anillos en una rajadura de la madera de su cuarto bajo su cama. Son solo 2 días pero nadie los puede ver.

Luego sin que lo vieran fue al patio trasero.

—¿Tu quiseras?, no me gusta... ¿Quieres ser mi novia? No tampoco, muy clásico... ¿Te gustaría ser mi novia? No es algo imbésil, porque le puede gustar serlo pero quizás no quiere. ¿Puedes ser mi novia? Nono, es ridículo—suspiró y tiró una piedra hacia el río cercano.

—¿Qué hizo la pobre piedra?—Sirius apareció tras el.

—Nada, es solo que no me sale algo como quiero.

—¿Qué quieres?

—Preguntarle a una persona si quiere ser mi novia y veo todas las posibilidades como ridículas y clásicas.

—A Magui no le importaría la pregunta, solo el acto de que te animes a hacerlo y preguntarle... Di cualquiera de las que oí y estaran excelentes—Se le acerca—La 2da me gustó—Le susurra y se va.

—Segunda... ¿Cuál era?—Estaba con miedo, pero seguro de la respuesta de Magui. Y también se preguntó como supo Sirius de que era ella a quien se lo dirá.

Eso era obvio, ya no disimulaban los besos, ni las agarradas de mano, ni los mimos, ni los abrazos en público. Es decir, ya no les preguntan porque lo toman por hecho de que serán novios un día de estos. Pero Fred quiere hacer de eso un momento especial más que nada para Magui, porque sería claramente su primer novio formalmente y sería la primera que presente a su familia.

No Me Ignores [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora