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Keisuke se consideraba una persona normal, hasta que, claro, empezó a notar cada uno de tus pasos.

Cómo tú nariz se arruga cuando algo te molesta o frustra, la manera en que tus ojos se vuelven medias lunas al sonreír. Pequeñas cosas que, en su opinión, nadie más debería ver. Eres demasiado para las inmundas personas que te rodean.

Pero no tienes nada de que preocuparte cariño, el se encargará de protegerte y darte todo lo que desees. Sin importar quién o qué se ponga en medio.

Llegarás a amarlo justo como el te ama.

La primera vez que te vio, fue un 19 de Enero, era el principio de un año más en la secundaria superior

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La primera vez que te vio, fue un 19 de Enero, era el principio de un año más en la secundaria superior. Un año más en el que se preguntaría cómo sigue avanzando en el sistema estudiantil, solo le faltaba un año para terminar y ya estaba cansado de lo mismo. Lo único que lo impulsaba, era su estricta y correcta madre.

Pero eso cambio en el momento en el que te vio, tú, que llegabas apenas sus hombros, una chica pequeña incluso para los estándares japoneses. Tú con tu uniforme perfectamente arreglado, con tu cabello corto y rizado de color chocolate.

Tú con tus grandes ojos verdes oliva, rodeados de largas y rizadas pestañas oscuras. Para el era inolvidable como sonreias en lo lejano al ver a tus amigas llegar.

Pequeños hoyuelos se mostraron en ese momento.

Para Keisuke, fue como ver los colores después de años ciego, todo su mundo se llenó de color al verte.

Ni siquiera cuando estaba con sus amigos de ToMan se sentía tan cálido como al verte sonreír.

No te conocía de nada, pero sabía que ya eras especial para el.

Saccharine. [K.Baji]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora