Habían pasado años.
Mentiría si dijera que no había estado contando los días e incluso las horas que habíamos pasado separados.
La incertidumbre de su regreso estrujaba mi corazón.
¿Qué tal si encontró a alguien nuevo en su viaje?
¿Se acordará de mi?
¿De nuestro tiempo juntos?
¿De lo que compartimos?
¿Siquiera pensará en regresar?
¿Me odiará por lo que hice?
Es fácil olvidarse de esas cosas durante el día, debido al constante movimiento y a mi deber.
Pero, por la noche, cuando un silencio sepulcral se cierne sobre la posada, y la insondable oscuridad se hace presente, mi mente se detiene a pensar, a imaginar, quizás demasiado.
Sentado en el techo observaba las estrellas, distinguiendo las constelaciones de las que tanto habíamos hablado, rememorando las risas que habíamos compartido, los susurros, las miradas cómplices, las caricias, los juegos e incluso los besos. Lo recordaba todo con nostalgia y angustia. Y sentía miedo, miedo de quedarme solo, miedo de que nada cambiara por el resto de mi vida.
Algo dentro de mi sabía con certeza, que aunque lo deseara, nunca iba a dejar de esperarlo. No estaba listo para que alguien me dijera que nunca regresaría.
Quizás era por esa razón, que no me había atrevido a leer esa carta. La cuál seguía imposiblemente blanca entre mis manos.
Estando allí, casi parecía como si no hubiese pasado ni un día desde su partida.
Incontables veces había estado a punto de abrirla, en los peores días, cuando el pozo de tristeza en el que estaba sumido parecía aplastarme con más fuerza de lo normal. Mil y una veces estuve a punto de atreverme a leer su contenido, pero la ansiedad había ganado. No quería encontrarme nada que me destrozara aún más.
No podía evitar preguntarme si las cosas hubieran sido diferentes si tan solo hubiese actuado con más madurez.
Pero había llegado el momento.
Luego de tanto tiempo, mi corazón merecía saber, y si lo que allí se encontraba despedazaba lo poco que quedaba de él, tendría tiempo suficiente para sanar.
Eso me dije a mi mismo en un vano intento por calmarme, al tiempo que abría ese sobre con manos temblorosas.
Lo primero que me llamó la atención fue la hermosa caligrafía de la carta, como sacada de un cuento de hadas. Trazos ligeros pero certeros, que parecían pertenecer a un artista habilidoso, una letra redonda y pulcra.
Luego de inhalar profundamente, me preparé para la verdad.
"Querido Xiao,
No se cuando abrirás esta carta, simplemente espero que en algún momento lo hagas.
Usar esta carta como medio para comunicarte lo que siento, para ponerlo en palabras, fue simplemente el camino de un cobarde, pero necesito transmitirlo adecuadamente, y sé que si estoy frente a ti, no podré decirlo.
Se que será duro, no sé cuanto tiempo me llevará este viaje, pero quiero que sepas que a cada paso del camino te tendré presente. No importa que tan lejos vaya, volveré a casa, porque mi hogar es donde estas tú. Traeré a mi hermana conmigo, nada me gustaría mas que presentar a mis dos personas favoritas en el mundo. Y, bueno, a Paimon también.
![](https://img.wattpad.com/cover/276679758-288-k195579.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Wait (One Shot Xiaether)
FanfictionXiao y Aether estaban enamorados. Sin embargo, a veces el amor no es suficiente. Xiao estaba atado a la Posada Wangshu, su deber le impedía irse. Sin embargo, Aether no podía abandonar la búsqueda de su hermana. Y el Yaksha no podía decirle que se...