Hoy voy a hacerlo. Hoy voy a seducir a mi profesor de psicología criminal. Es profesor de psicología te va a pillar, dirás. Puede que sí, puede que no. Pero, de todos modos, sea cual sea el resultado, será todo un placer descubrirlo. Corro el jugosos y excitante peligro de ser castigada por un profesor tremendamente inteligente, atractivo y...aterrador.
No logro explicarlo del todo, pero tiene un porte que me hace estremecer y querer salir huyendo a partes iguales. Soy una polilla atraída por el sol que sabe que se va a quemar, pero a la que no le importa lo más mínimo porque sabe que no puede resistirse. Todo en él me grita que salga corriendo, que me aleje, pero... me atrae y me saca de mis casillas a partes iguales. No soporto que esos labios carnosos con comisuras juguetonas dejen salir a esa voz tan grabe y gutural de barítono sus comentarios sarcásticos cuando argumento en su contra buscando dejarme en ridículo, ni sus extraños y particulares ojos negros con motas azules que me miran con diversión cuando consigue dejarme sin argumentos delante de todos o que me observan con, a mi punto de ver, una excitación cruelmente fría cuando consigo ganarle en algún debate o me pongo quisquillosa con sus explicaciones. No soporto nada de él. Me resulta insoportablemente atractivo su porte serio, su cabello castaño ensortijado con reflejos cobre, su espalda y hombros anchos, su torso hercúleo que deja marcar en esas estrechas camisetas de manga corta que usa siempre con esos baqueros negros y que dejan ver ciertos tatuajes que me hacen salivar en medio de clase cuando flexiona los brazos... Odio fantasear todas las noches con lo que marcan los pantalones a cada nada. Lo odio todo de él, pero al mismo tiempo muero por tocarlo todo de él. Maldito profesor Nick Shadow.
Me doy un último tirón a la goma de la trenza en el lavabo del pasillo donde están los despachos de los profesores de la universidad en la que estudio criminología dispuesta a hacer caer a mi más oscura fantasía hecha realidad. Llevo meses suspirando por sus huesos y, en parte, espero provocarlo y castigarlo por hacerme sentir inútil en sus clases y querer denigrarme ante el resto de los energúmenos que se hacen llamar mis compañeros. Soy la alumna más brillante de su clase, veo y observo cosas que incluso al profesorcito Shadow se le escapan y el me lo paga burlándose de mi en mi cara esperando que baje la cabeza y calle intimidada por su porte y su posición, pero no, para sumisas las yeguas.
Siempre he sido consciente de que el carácter y la personalidad de una persona hacen mucho más que el físico, pero por ello tampoco me he dejado nunca de cuidar. Mimo mi cabello pelirrojo brillante cual fuego y amo mi rostro pecoso dominado por unos ojos felinos de un color entre verdes y azules.
Al llegar frente a la puerta del despacho con el letrero de "Departamento de psicología criminal, despacho del profesor Nick Shadow" respiro hondo y llamo a la puerta. Tras unos segundos sin respuesta vuelvo a llamar, pero al no oír respuesta decido entrar para encontrarme a mi pecaminoso profesor dormido en la silla del escritorio. Su cabeza reposa boca arriba sobre el respaldo y casi parece estar meditando en vez de estar dormido. Al parecer el destino esta de mi parte porque la habitación se encuentra iluminada por una luz tenue justo encima de ese adonis con cartel de peligro. Cierro la puerta con llave por dentro, que se encuentra convenientemente puesta en la cerradura, y me acerco con sigilo a mi víctima. Sus manos reposan justo encima de los reposabrazos, haciendo mi tarea de atarlo con las esposas de cuero muy sencilla y rápida.
- Oh, profesor, que fácil me lo estas poniendo- digo en voz alta sin darme cuenta.
- ¿Seguro? - contesta una voz.
¡Mierda!
Levanto la cabeza para encontrarme a esos ojos mirándome con algo de enfado y picardía. Y no puedo evitar tragar grueso al dilucidar algo muy peligroso en ellos. Me yergo intentando no salirme de mi papel y propósito y me paseo delante suyo sin decir palabra para sentarme en su escritorio y cruzar las piernas muy lentamente. Va vestido como siempre, pero hoy lleva una camiseta blanca y en seguida me doy palmaditas en la espalda por haberme puesto mi mono de seda negra con la espalda descubierta. Empieza el juego.
ESTÁS LEYENDO
O paras o te mato
ChickLitOne shot erótico. Ella tiene un plan: seducir a su profesor de universidad. ¿Lo conseguirá?