Pag. 00: Huyendo de un entrañable "Hogar"

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Estoy corriendo. Estoy corriendo muy lejos.

Lejos de ese hogar.

Lejos de esa casa.

El cielo está de un azul extremadamente oscuro y mi semblante es pálido, mis manos están frías. Que digo mis manos, todo en mi está frío. Mi mente nublada y mis pensamientos no brotan a lo real, no creo en nada. Y si no me detengo puedo ser arrollada en mi intento de huida.

Las calles están sólidas, pero mi control está fuera de mi cuerpo, no sé que hago ni a donde voy. No se nada en estos momentos. No puedo creer que ya estoy demasiado lejos de mi casa.

Ese "Hogar"

Ese triste hogar en el que la calidez no existe.

Siento mi cuerpo temblar mientras me meto en una de las casas del humilde barrio. Estoy aún en la misma zona, sigo en las hectáreas del lugar en donde crecí por mérito ajeno y del cuál no siento arrepentimiento sino costumbre, pero aquí nadie me conoce y tan solo son las 3 de la mañana desde que salí de ahí.

Quiero llorar, es lo único que siente mi cuerpo. Y es lo único que quieren transmitir mis ojos.

Me sostengo de mis rodillas con las manos, inclinada mirando el suelo plomo agrietado de ésta casa. Todo está cerrado, las puertas, ventanas; todo y a medias puedo ver pequeñas luces por los unos cuantos postes que hay.

Antes de salir, me daba vueltas en mi cuarto procesando y separando lo positivo con lo negativo, los pros y los contras de esa casa, como me han intentado enseñar en la Universidad.
Caminando como una loca desenfrenada sin pausa alguna en mi habitación. Tengo semanas pensando que hacer conmigo y con todo lo que no soy capaz de hacer para que mi familia me entienda que no quiero estudiar esa carrera.

Hace una semana hablé con mi madre que quería abandonar el primer ciclo de Contabilidad. La expresión en su rostro, sus palabras incoherentes. Mamá estaba en shock sin más. Yo esperaba que me pegara o me intentara cachetear. Pero ni siquiera enfatizó nada, sus palabras sin cavidad, sin emoción alguna. Lo recuerdo como si lo llevara plasmado en mi pecho por el dolor que me abrazó inesperadamente.

En mi subconsciente habita una película sin reparar:

".........

-¡Mamá quiero hablar contigo!- La llame con voz agridulce y con indecisión tan expuesta a la vez.

No me respondió.

-¡Penélope!- Llamo su nombre de mi hermana menor para que venga a mí. 

Se encuentra en el otro cuarto de a lado. Y como siempre, no tarda mucho en llegar a mi habitación porque su obediencia es su principal particularidad.

-¿Ah?, si Alma, dime.- inquiere mientras se asoma apenas por la tela que tengo como puerta.
Su inocencia me llena el corazón. Cuando empieze a conversar con mamá, ella con solo una mirada aprendió desde muy pequeña cuando algo no estaba bien y su presencia no debe ser en ese momento. 

<<Mi pequeña muñequita de ojos miel.>>

La miro directo a ese particular néctar de sus ojos mientras me encuentro acostada de lado en la cama, con los nervios y el edredón encarrujado como almohadón, abrazándolo y dejando apoyada mi quijada en el mismo. Le pido:

-Nelo, dile a mamá que venga por favor, que necesito conversar con ella, ahorita.- "Autoritaria" aunque dentro de mí tengo una explosión de miles de emociones que chocan entre sí.

-Si, ahorita la llamo hermana- Me mira con rareza antes de irse y bajar la cortina que tenía agarrada con sus pequeñas manos.

Ya comprendió.

                                                                                                                                                                                      ........"

Me paro firme y me sostengo en uno de los fierros que sobresale de la ventana de la casa en donde me varé, intentando recuperar el aire y mi color.
Mi respiración está regulándose, pero los nervios quieren atacarme, siento mi estómago pesado, con un aire extraño tocándome a pesar que estoy demasiado tapada con todo lo polar que encontré gracias a esta temporada de invierno.

De un momento a otro, las ganas de querer vomitar se hacen presentes y me atacan, pero no puedo, nunca eh podido. Lo primero que hago antes de que mi cerebro entre en razón, es apagar completamente el celular y por poco se me ocurre quitarle la tapa, pero en el intento, caigo en la cuenta de que no puedo ya que viéndolo bien, es un Huawei.

Mis manos siguen temblando, ya estoy entrando en razón y los recuerdos me siguen forzando a detallarse como una secuencia dolorosa en mi cabeza.

".......

-Dime, ¿Que pasó Alma?- Se anuncia mi madre. 

Con su metro cincuenta, me hace sentir miedo sin necesidad de estar tan cerca. Su mirada comunmente desganada, me demuestra que fue un grave error pedir su presencia ahora mismo.

Mirándola bien, está... ¿Molesta?

Eso debería de no hacérseme curioso, ni raro. Ella siempre ha tenido ese cambio de emociones tan particular que hasta un ciego se da cuenta, o el mismo Deimos se untaría de si mismo y correría a salvarse.

Pero es raro verla sobria...

Mi madre entra en mi cuarto y se sienta en la cama justo al frente de mí, mientras yo me pongo en el lado de los pies de la cama para darle espacio a que se acomode antes de comentar mi decisión, que sé, la puede dejar mal. 

Y es que no sería la primera vez que le digo que por más que la familia necesite este tipo de uniones profesionales para el bien de la empresa. No encuentro que entiendan mi punto de que no quiero seguir esto.

Y algo me decía que nada iba a terminar bien. Y bueno heme aquí, huyendo como una cobarde sin escondite seguro.

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¡Hola, Hola! precios@s.

Saben algo, entre los que estamos aquí, estoy súper nerviosa. Es la primera vez que escribo así públicamente. Y estoy que muero de los nervios, sé que no es mucho, pero espero de todo corazón seguir compartiendo ésta historia y que a su lado sea divertido, entendible y de su agrado. 

ALERTA:(NO QUIERO MORIR IGNORADA, POR FAVOR), no soy súper experta, pero quiero ser yo misma a su lado, si me lo permiten.

Ya los considero parte de mi vida y los quiero mucho, mucho. 

Sigamos posados en las nubes, porque es el único lugar maravilloso donde nos envolvemos de locura pura y la paz es infinita. Miren el cielo que es maravilloso <3 

Un besoteee grande como mi corazón, y sigo ruborizada como un tomate, lo siento amorris.

Adiós Querid@s. Gracias enserio. 

Ahora si, sueñen con los angelitos.

Tú y yo, Alison Flores C.

Al paso del aire, un camino difícil. (En Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora