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Había escuchado mucho del tal Hanagaki Takemichi por parte de su hermano mayor desde que era muy pequeño, realmente pequeño, y a sus 8 años nunca lo había visto ni una sola vez.

Tenía claro que era amigo de su hermano desde hace un tiempo, unos años, cuando él era más pequeño que ahora claro, cursaban su último año juntos actualmente.

Y aún así;

—Shin-nii, ¿Realmente existe este Takemicchi?—El pequeño veía con algo de decepción a su hermano por inventarse un amigo imaginario a su edad, el joven de 18 años hizo una mueca.

—¡Es real, claro que es real, y es Takemichi!—Ofendido frunció el ceño.

—Nunca hemos visto a ese Takemicchi.—La pequeña Emma de 7 años comento, Shinichiro se levantó, con las mejillas infladas, herido de ser molestado por sus pequeños hermanos.

—¡La próxima vez lo traeré!—Casi como un aviso dió media vuelta y se fue, el par de pequeños se miraron y rieron, era divertido ver la infantil expresión que ponía su hermano mayor al ser molestado por ellos.

—Shin-nii es divertido.—Emma sonrió mientras coloreaba sobre la mesa.

—Sip.—Levantandose del sillón, se estiró un poco.—Ire con Baji, ¿Vienes, Emma?

—No, voy a dibujar.—Siguiendo con sus colores, Mikey dejo su casa, directo al parque de siempre.

Pero claro, esos niños otra vez lo interrumpían. Suspiro, ¿Qué idiota molesta a un niño que vive en un dojo de karate?, Se pregunto de qué manera rápida podía patearlos para irse pronto al parque.

Distraído por pensar tanto, fue empujado al piso, oía sus voces decirle unos cuantos insultos, eran mayores que él, los había visto en su escuela, frunció el ceño, ahora estaba molestó, los golpearía sin piedad.

—¡Oigan!, ¡Ustedes!

Pero esa voz lo detuvo. Y volteando el trío de niños, un chico mayor apareció, de ojos azul brillante, cabello rubio resplandeciente y algo sudado jadeaba.

—¿Qué rayos quieres, anciano?—El trío fue descortes, el mayor frunció el ceño.

—¡Tres contra uno no es justo!—Aquello fue dicho con tanta honestidad que el trío lo vio como si fuera un estúpido, Mikey no se movió.

—Dejanos en paz.—Dandole la espalda, el joven rubio golpeó la pared que estaba cerca de ellos con tanta fuerza que el sonido los hizo volverlo a ver alarmados.

—¿Saben?, No estoy de buen humor justo ahora, así que larguense y déjenlo en paz, o los voy a aplastar.—Su rostro serio dejo en claro que estaba cansado y no dudaría en hacerlo. El trío se asustó, sólo lo insultaron antes de correr, haciendo suspirar con alivio al chico mayor.—Que bueno que se fueron, no sabía que hacer si no se iban después de eso.—Tomando su pecho río un poco, no sería capaz de golpear a unos niños tan pequeños.—¿Estás bien?—Iba a extenderle la mano a Manjiro, pero al golpear la pared pudo notar como se había lastimado bastante.—Oh rayos...—Cuando notó ésto, cambio de mano y mantuvo su sonrisa brillante, aunque podía verse unas diminutas lágrimas por el dolor que sentía. Mikey río.

Una honesta carcajada, aún sin levantarse, el chico frente a él no comprendía nada.

—¿Te golpearon mucho esos niños y enloqueciste?, Aunque no pareces herido...—Murmurando cosas preocupado sintió un jalón de su mano.

—Eso debe doler, déjame curarte.—Sus ojos oscuros tuvieron un brilló leve, sus mejillas un pequeño rubor, no comprendía muy bien, pero quería agradecerle a ese Onii-san.

Shin-nii tiene un amigo muy raro | MitakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora