Capítulo 6: ¿Qué me has hecho?

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Capítulo 6: ¿Qué me has hecho?

-¿Ruth?¿Estás aquí?¿Amor?¿Dónde estás?

Héctor llegó y yo estoy desecha, he leído y releído un montón de veces la carta de Emilio.

Seco las lágrimas que han salido involuntariamente y salgo de la habitación, en busca de mi hombre.

-Aquí estoy, amor...- me aclaro la garganta y él aparece en la sala.

Está tan guapo como siempre, sólo que ahora tiene el rostro cansado y hasta puedo llegar distinguir un poco de preocupación en su dulce mirada.

Me mira y se le ilumina la cara, no puedo evitar sonreír en su dirección, mientras me acerco a él.

-¿Cómo ha ido tu día?¿Qué tal el trabajo?
-Oh fue un día de mucho trabajo. Tu papá quiere que me adapte rápido al trabajo pesado.-dice y luego me da un casto beso en los labios.
-Me gustaría hablar con él y decirle que yo también necesito de mi esposo en casa.- hago una mueca rara.

Héctor ríe. ¡Oh su risa!  Es una suave melodía, tranquilamente podría escucharlo reír todo el día.

-Cariño, no creo que sea buena idea.- dice y coloca una mano en mi cintura- Yo también muero por pasar más tiempo con vosotros pero creo que por un tiempo, es mejor hacer lo que el dice.

De pronto me siento mareada, coloco mis manos en el pecho de Héctor y recuerdo el encuentro con Emilio. Su pecho está más tonificado que el de Héctor.

Un momento, ¿acabo de comparar el pecho de mi marido con el de mi ex? Oh no, mi yo interior me mira desaprobatoriamente y codea a mi sentido común que parece que se ha dormido.

Esto me hace doler la cabeza y con una mueca de dolor llevo una de mis manos hacia mi frente.

-¿Estás bien? ¡Ruth!- dice y de pronto todo se vuelve negro.

Escucho voces a mi alrededor, creo que distingo el tono preocupado de Mery que me llama, pero su voz está lejos, no logro abrir mis ojos, los parpados pesan una tonelada.

-Ruth, despierta, cariño.- la voz de Héctor resuena en mi cabeza.-doctor, ¿está bien?
-Señor, cuando despierte, voy a poder darle un diagnostico.- uhm...esa voz ronca, varonil. ¿De quién será?

Siento el cuerpo entumecido.

Una vez más, yo puedo. Un poco de voluntad más y logro abrir, solo un poco, mis ojos. Los cierro nuevamente.

De golpe, un resumen del día pasa frente a mi.

La carta...

Emilio...

Recuerdos...

Héctor...

Culpa...

Si, un sentimiento de culpa aparece en mi.

Quizá sea por el hecho de que me di el lujo de comparar a mi hermoso marido con mi ex, el cual resulta ser todo un Adonis.

¡Ouchi!  Otra vez, otra vez los comparo.

No pensé que su aparición me afectara tanto, quizá nunca pensé que aparecería en mi vida nuevamente.

Abro por completo mis ojos y ya no estoy en la sala, sino que estoy en mi habitación y a mi lado están Mery quien me mira con cara de horror y se que su mirada trata de enviarme un mensaje subliminal que no logro descifrar. Héctor, también está a mi lado, se me oprime el corazón con tal sólo verlo. Ambos me miran preocupados.

-Bueno, Ruth, soy el doctor García.

¡Paren todo! ¿Acaba de decir "...García..."?

 Todo va tomando sentido y una parte de mi se niega a pensar que es él.

Él NO puede estar en mi casa. 

No, me niego.

No puede ser.

Levanto la vista temblorosa y lo veo, por segunda vez en el día. 

El corazón se me oprime nuevamente y ahora entiendo la mirada de Mery.

-Mmm, un gusto doctor.- digo procurando que mi voz suene despreocupada. 

"...siempre te querré..."

Es imposible que la culpa no vuelva. 

Siento que he traicionado a mi esposo. Es una horrible sensación de sentirme sucia por tan solo haber recibido una carta de mi ex novio, con el cual me lo he pasado comparándolo desde entonces.

Ay, Emilio, ¿Qué me has hecho? 

ENTREGÁNDOME A TU VOLUNTAD.(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora