☕︎...perdóname por no tener el valor de continuar.
✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎✍︎
• Historia completamente mía.
• La mayoría de los personajes no me pertenecen.
• La portada y las imágenes son sacadas de pinterest, créditos a su creador.
•...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lentamente abrí mis ojos para que la luz de la habitación me hiciera cerrarlos de nuevo, ¿cuanto dormí? coloqué mi ante brazo arriba para tapar la luz y que no me llegara tan fuerte, mire a mi lado y w no estaba.
— ¿Levi?.— Dije algo alto, nadie respondió.— Tsk.— Me queje tapandome completamente con el cubrecama, escuche la puerta abrirse, saque lentamente mi cabeza para mirar y efectivamente era levi, venía con un buzo gris, sin polera y con la toalla colgando de uno de sus hombros, me meti nuevamente bajo el cubrecama rápidamente sonrojada, ¿por qué se aparece así? ¿qué es esto que siento?.
— ¿Por qué te ocultas? ¿tan feo soy?.—Preguntó, yo no respondi, sentía como se acercaba a la cama y mis nervios aumentaban, apreté los labios y coloque mis manos en mi rostro, el saco el cubrecama dejando ver la mitad de mi cuerpo.— ¿Que onda _____?.— Habló mientras sonreía, saqué las manos de mi cara y lo miré hacia arriba.
— Hmmm ¿nada?.— Hablé casi en un susurro, mi mirada bajo hacia sus abdomen con pequeñas gotas de agua, ¡_______! ¿que estas mirando?, reaccióne y cerre mis ojos de golpe.
— ¿Te incomoda que esté así?, si es así discúlpame, vengo saliendo de la ducha ¿quieres ducharte tú?.
— Hmmm, no me molesta.— Hablé bajo, abri mis ojos y Levi seguía ahí, ahora mi mirada cambió a su clavícula marcada, mierda.— Me duché en casa, no te preocupes.— Hablé mientras seguía mirando su clavícula.
— ¿Qué tanto miras?.— Habló dando una risa, caminó a su closet y sacó un poleron negro.
— ¿Yo? hmm.— mierda ¿que digo?.— Callate, no estaba mirando nada.
— Ajaaam.— Dijo mientras se colocaba el poleron negro, yo me senté en la cama mientras lo observaba.— Haré como que te creo.— Habló caminando hacia mi, rodeé mis ojos luego lo miré, se hincó para quedar a mi altura, levanto la manga izquierda del poleron que traía.— ¿Como vas con eso?— Preguntó viendo los cortes del día anterior.
— Bien, supongo. Ya esta todo bien.— Hablé mirando lo que me había hecho, las ganas de llorar llegaron nuevamente.
— Te sacaste la venda.— Habló Levi sobando mi mano.— ¿Te coloco otra?.
— Levi ya has hecho mucho por mi, no es necesario.— Hablé mientras que con mi mano derecha acaricie la parte de atrás de su cabeza.
— Te colocaré otra.— Habló y se levantó a abrir un cajón.
— Te dije que no.— No me pescó, vino hacia mi y se hincó nuevamente.
— No me importa, te la pondré igual, quieras o no.— Habló mientras colocaba la venda en mi brazo lastimado, lo miraba y estaba tan concentrado, tratando de ser cuidadoso, una lagrima salio.— ¿Te duele?.— Me preguntó secando mi lagrima, yo negué con la cabeza.
— Es solo que...aún no entiendo porque haces esto.— Hablé, terminó de poner la venda y me miró a los ojos.
— Porque quiero ayudarte, quiero estar ahí para ti, siempre, no se por qué no lo hice antes.— Habló mirandome fijamente.— Ahora, ¿tú por qué me estas dejando ayudarte? no quiero que te sientas obligada — Tomó un cabello que cubría mi cara y lo colocó detrás de mi oreja.
— Porque quizás... tú seas el único que me salve.— Junté mi frente con la de el y cerré mis ojos.— Levi, gracias.— Hablé casi en un susurro. El no dijo ninguna palabra, acaricié la parte de atrás de su cabeza nuevamente, sintiendo el rapado que tenía .
— No pasa nada, recuerda esto. Las situaciones complicadas no duran mucho, las personas valientes si.— Habló y separó nuestras frentes, depositó un beso en esta y me abrazó.
"Las situaciones complicadas no duran mucho, las personas valientes si". Se repetía en mi cabeza aquella frase que me había dicho Levi recién.
— ¿Pedimos algo de comer? mamá no esta en casa y cocino pésimo como ya sabes.— Habló levantándose, me levante detrás de el.
— Si quieres cocino algo.— Hablé mientras tomaba a oreo en brazos.— Como puedes ser tan lindo.— Le hablé a oreo caminando hacia un espejo de cuerpo entero con el gato en brazos, me miré al espejo.— Mira ese eres tú.— Apunté con mi dedo al espejo para que oreo viera, mire a Levi a través del espejo y me miro sonriendo.
— Eres mi invitada, como cocinaras.
— No me cuesta nada, tómalo como un agradecimiento de todo lo que has hecho por mi.— Me di vuelta para mirarle.— Cocinaré yo, quieras o no. Bueno ¿que quieres comer?.— Le pregunté dejando a oreo con cuidado en el suelo.
— Hmmm arroz con ensalada de tomate.— Dijo.
— Bien, me cambiaré ropa y vamos, oye ¿que hora es?.— Pregunté agarrando mi mochila y sacándo mi buzo y poleron verde oscuro.
— Son las dos de la tarde.— ¿Qué? ¿tanto dormimos?.— Yo me desperté como las diez de la mañana, no te quise despertar.
— Deberias haberme despertado.— Hablé sacando el poleron del colegio quedando con una polera normal, agarre el poleron verde y me lo puse.
— Tsk mujer, no, te veías linda durmiendo de hecho ¿no te lo dije?.
— ¿Me miraste mientras dormia?.— Pregunté mientras le lanzaba un cojín, él lo agarro antes de que chocara con su cara.
— Tú también me miraste, y me acomódaste el pelo de hecho.— Habló levantándo una ceja, me sonroje y me di vuelta para no mirarle.— Déjame verte sonrojada.
— Levi, callate.— Rei con las manos en la cara, el se acercó a mi por la espalda y me abrazo por la cintura, quedamos mirandonos en el espejo de cuerpo entero.
— ¿Que tal nos vemos así?.— Preguntó dando una leve sonrisa mientras nos miraba por el espejo, mi sonrojo era más notorio.— Soy un afortunado, nunca pensé en tenerte aquí, y ahora estas conmigo.
— Callate. ¿Contigo? de que me perdí.
— Bueno, pronto ¿mejor así?.— Se separó de mi, me di vuelta para mirarle, yo asentí con la cabeza.— Ponte el buzo, te espero en la cocina.— Hablo dandome una última mirada para salir de la habitación.
Me coloque el buzo y unas pantuflas que habían ahí, de Levi deben ser yo supongo. Bajé a la cocina y el me estaba esperando.
— ¿Son tuyas?.— Le pregunté mirando mis pies, el dio una risa.
— Si, te quedan bien.— Rio para después a acercarse a mi y besar mi frente.— Bien, ¿empezamos?.
— Si.— Dije para lavarme las manos y comenzar a cocinar, Levi me ayudo harto, aunque se equivocaba de vez en cuando.
— Bien, ¿me das pimentón rojo?.
— Toma.— Me entrego un pimentón verde.— Yo solté una carcajada.— ¿No dijiste verde?.— Yo negué riéndo.
Nos demoramos aproximadamente una hora en tener todo listo, nos sentamos a la mesa y comenzamos a comer. Mierda, ¿será que vuelven los sentimientos de mi yo a los 13 años?.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.