1

2.9K 228 292
                                    


Era sábado, eso significaba que todos debían reunirse en la mansión Todoroki para cenar y poner al día sus vidas con su familia.

Actualmente, en la mansión sólo vivían Fuyumi y Shoto, sin contar, por supuesto, a Rei y a Enji.

Natsuo se había ido a vivir con unos amigos a un departamento cerca de su universidad. Touya, en cambio, se había ido a los diecisiete de la casa por la horrible relación que tenía con Enji y actualmente vive en un buen departamento en un sector tranquilo de Tokyo.

Casi nunca asistía a las cenas familiares, pero siempre estaba hablando con sus hermanos por mensajes y llamaba a su madre.

Verlo en persona, pues no, nadie puede verlo seguido.

Esa tarde, mientras hablaban con Natsuo sobre la universidad, escucharon como la puerta corrediza se hacía a un lado y dejaba ver a una figura alta y vestida de negro. Todos se quedaron mudos al ver a Touya ahí parado.

— Yo —levantó la mano, mirándolos con sus aburridos ojos azules—, te traje kuzumochi, viejo —levantó una bolsa.

La comida estuvo en la mesa pronto, con todos sentados en la almohadas y comiendo de todo un poco.

Hablaron con algo de timidez, aun extrañados de que Touya haya venido a casa, este no hablaba sólo comía y miraba a quien hablaba.

— Espero que te vaya excelente en tus exámenes —dijo Rei, sonriéndole a Natsuo.

— Eso espero, he estudiando como loco y casi ya no pienso en nada más que en órganos —se pasó la mano por el cabello con un gesto estresado en la cara, haciéndolos reír.

— Te irá bien, eres más inteligente de lo que tu cara deja ver —comentó de repente Touya, dando un bocado a unas zanahorias.

A Shoto se le escapó el agua por la nariz y Fuyumi soltó una carcajada fuerte, tapándose de inmediato la boca, Enji reprimió una risa y Rei le mostró el ceño fruncido a Touya, quien la ignoró.

— Como sea —habló el hermano mayor—, vine aquí porque quiero que conozcan a unas personitas el próximo sábado.

Rei y Enji se miraron, Touya no era abierto con sus relaciones, jamás trajo un amigo o a una pareja a la casa, no con las constantes peleas y su matrimonio en crisis. Mucha terapia de pareja ayudó a que se arreglaran, pero aun así, Enji no era un padre cariñoso, lo intentó bastante, pero ya había perdido a Touya y a Natsuo, Fuyumi intentaba hablar con él seguido y Shoto, bueno, con él era difícil hablar.

— ¿Unos amigos? —preguntó Rei.

— Algo así.

— ¿Tus parejas? —saltó Natsuo con una sonrisa maliciosa.

— ¿Parejas? —Shoto lo miró.

— Sí, ya sabes, hay personas que tienen más de una pareja —le respondió Natsuo.

Enji frunció el ceño.

— ¿Más de una pareja? yo no dejaré entrar a gente así a mi casa —dijo el patriarca, mirando a su hijo mayor.

Los dos pares de ojos turquesa se miraron, la ira de Touya era aun más abasalladora que el simple toque estricto de Enji.

De inmediato, se sintió la tensión, esa que no había experimentado desde que el mayor de los hermanos se fue de la casa.

El pelinegro soltó humo por la nariz y luego inhaló profundamente.

— No, Enji —escupió el nombre—, no estoy en una relación poliamorosa, sólo quiero que conozcan a alguien.

FamiliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora