Prologo

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Habia un gran silencio en el décimo piso de la Gran Tumba de Nazarick, esto se debía a que todos los guardianes de piso se encontraban ajetreados por las numerosas tareas que tenían entre sus hombros, la razón de la gran cantidad de obligaciones que tenía cada guardián se debía a que una vez conquistadas las Ciudades-Estado, los reinos ya conocidos se encontraban bajo la bandera del Reino Hechicero, lo que seguía después de esto era rellenar los puntos vacíos del mapa y unirlos a la nación de Ainz Ooal Gown.

Habían transcurrido más de 5 años desde que Ainz fue teletransportado hacía este mundo, no había sido nada fácil mantener su papel de gobernante supremo, pero de una u otra forma se salía con la suya, gracias a sus constantes agonías y dolores de estómago, se había acostumbrado a mantener este papel tan demandante para su mente e incluso por momentos actuaba como un rey de forma natural.

El rey hechicero se encontraba en su trono de Nazarick, pues le traía mucha paz mental y de vez en cuando necesitaba relajarse e incluso distraerse de sus propios pensamientos negativos, las esperanzas de poder encontrarse con sus compañeros del gremio se habían vuelto minúsculas, por no decir nulas, si bien, su habilidad pasiva arrancaba de su ser las emociones fuertes, aun quedaban ligeras sensaciones de tristeza e impotencia, sin embargo, no podía permitirse demostrar esto con los guardianes, sus hijos.

《Aún no logró acostumbrarme a estos momentáneos dolores de cabeza.》

La causa de estos dolores eran los no muertos de bajo nivel y los caballeros de la muerte de mediano y alto nivel, en total había cerca de 1,200,000, de los cuales 640,000 eran no muertos de bajo nivel, los cuales tenían armaduras de oro y plata; 400,00 caballeros negros de mediano nivel y 160,000 de alto nivel. Sin importar su nivel tenían el objetivo de salvaguardar a los habitantes de la nación, por lo que, en términos generales, hacían el labor de policía, rara vez había crímenes mayores, pues la pena que recibían eran atemorizantes.

Ainz se acomodó en su trono y miró hacia atriba.
《Que dulce es la paz, siento que ya no hay mucho que pueda hacer.》

Si bien él no tenía ojos, los puntos color carmesí que se encontraban en sus cuencas oculares fueron engullidos en la oscuridad, como si estuviera cerrando sus ojos.

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No duró mucho el silencio, un estruendoso trueno alertó a la tumba de Nazarick, lo que provocó que los puntos carmesí de Ainz volvieran a aparecer en sus cuencuas oculares y mirara por todos lados en un intento de comprender lo que estaba sucediendo y sin previo aviso un horrible terremoto sacudió a toda la tumba.

No transcurrió más de un minuto, cuando el silencio del décimo piso se extinguió, pues en su lugar se escuchaban los pasos de todos los guardianes a excepción de Gargantua y Victim llegando a ver como se encontraba el ser supremo... mientras que él en sus pensamientos no paraba de gritar porque sabía que la farsa del gobernante absoluto no había hecho más que empezar y eso le provocaba ganas de vomitar.

 mientras que él en sus pensamientos no paraba de gritar porque sabía que la farsa del gobernante absoluto no había hecho más que empezar y eso le provocaba ganas de vomitar

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Ainz Ooal Gown En El Siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora