¿Un buen lugar?

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"Oye, ¿Te enteraste?"
"¿Sobre qué?"
"¡Hubo más de 20 millones de muertos y millones de heridos en la guerra!"
"¡A quién le importa! Por culpa de ese conflicto mis ganancias se han visto reducidas, es un dolor de cabeza por no hablar del temblor de hace unos seis meses, seguido de robo de mano de obra."
"Momento, ¿Tu también has tenido problemas con tus obreros? Muchos de los míos han desaparecido mientras van a entregar mercancía, entre otras cosas, ¡Lo peor de esto es que sus familiares me reclaman y piden compensaciones! Malditos pobres, deberían de ser agradecidos por dejarlos trabajar para mí."
"Y que lo digas, que mal momento para ser un hombre de negocios ¿No? Ja ja ja"
- "ja ja ja"

Palabras crudas y poco empáticas provenían de la conversación de dos burgueses argentinos, quienes desayunaban tranquilamente en un restaurante de lujo en la capital de La Argentina.

Había transcurrido mucho tiempo desde que fueron teletransportados, por lo que a pesar de esfumarse las responsabilidades de los guardianes de piso y área que tenían liderando a humanos y demi-humanos del anterior mundo, tenían otras responsabilidades. Quienes poseían un mayor numero de tareas eran Albedo y Demiurge y en menor medida Neuronist pues eran los encargados de obtener información, para lograr esta orden proveniente del Ser Supremo, hubo necesidad de raptar a una enorme cantidad de personas, si bien, por un tiempo con solo raptar obreros y ciudadanos de un nivel socioeconómico bajo, pronto hubo la necesidad de raptar a comerciantes y militares.

"¿Cuán desafortunados podemos ser? Exclamó Albedo mientras caminaba junto a Demiurge rumbo a la oficina de Ainz para entregar la nueva información obtenida."

"Exacto, es increíble que hayamos sido  teletransportados en un país de este nivel, simplemente es inaceptable." Respondió el demonio con traje naranja.

"Aunque por un momento me entró una ligera angustia ¿Tu igual?."

Demiurge entre cerró sus ojos y su voz se volvió más lúgubre. "Si, él solo pensar que Lord Ainz esta vez si nos abandonaría como los demás seres supremos me produjo una enorme angustia, sin embargo no fue así, él una vez más está dispuesto a gobernarnos, solo por ese simple hecho hace que quiera jurar una lealtad aun mayor."

"Tienes razón." Concluyó Albedo, había muchas cosas en las que podría estar en desacuerdo con Demiurge, pero cuando se trataba de Ainz, era cuando los dos podían hablar con total franqueza.

Mientras llegaban a la oficina de su amo, se encontraron con una sirvienta frente a la puerta, quien anunciaría su llegada a su maestro.

《¿Por qué a mi? ¿Habré hecho algo horrible en mi vida pasada? ¿Tendré algún tipo de maldición?》Eran preguntas que rondaban por la cabeza de Ainz, ya era bastante feo haber sido teletransportado a un nuevo mundo, el cual prácticamente había sido conquistado por Nazarick, si bien hubo muchas veces donde pensó que no lograría mantener su fachada de Ser Supremo, lo había conseguido e incluso supuso que una vez conquistado todo el mundo podría descansar su inexistente corazón pero justo cuando vio la luz del túnel, toda la tumba había sido mandada a otro mundo lo cual era suficiente para provocarle un enorme dolor de cabeza pero este "nuevo mundo" no era otro que su anterior mundo, concretamente a una época pasada, lo cual hacía que sufriera muchísimos dolores de estómago.

"Lord Ainz." La voz de la sirvienta que estaba al otro lado de la puerta interrumpió sus lamentos. "Lord Albedo y Lord Demiurge quieren verlo."

"Adelante, déjalos pasar."

El escritorio de Ainz ya tenía muchos papeles que debía de leer, sin embargo, por más que los leía no se le quedaba grabado nada de nada, lo cual le preocupaba, afortunadamente hasta hace un momento no había nadie en la habitación por lo que podía dejar de leer o por lo menos parar de fingir entender los documentos.

Ainz Ooal Gown En El Siglo XXIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora