CAPÍTULO FINAL: NUESTRO DESTINO

2.3K 282 269
                                    

El sonido del disparo resonó en aquella fría azotea, dejando el suspiro de un profundo eco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sonido del disparo resonó en aquella fría azotea, dejando el suspiro de un profundo eco. Eidrien sintió como su corazón se paralizó, Gulf sentía que su cuerpo no reaccionaba, como si fuere un peso inerte que no contaba con la posibilidad de mover un solo músculo, sintió que moría, Lushino sintió como el terror poco a poco se apoderó de su cuerpo, su espina dorsal siendo recorrida por un intenso escalofrío.

Nadie, ni uno solo de ellos podía creer lo que acababa de suceder, mientras observaban con pavor y rostro helado como si acabasen de ver un fantasma, a aquel cuerpo que yacía agonizando en el suelo, comprobando por milésima vez, que Linda era un monstruo.

¿Cómo pudo ser capaz de hacer algo así?

Los ojos de Gulf se cristalizaron mientras que al mismo tiempo un doloroso y enorme nudo se instaló en su garganta, provocando que sintiera como si sus pulmones se estuvieran obstruyendo ahora mismo.

Simplemente no lo podía creer.

—N-no... no... ¡No¡ ¡Dios!, ¡NO!...— El despavorido gritó del chico penetró en lo profundo de los corazones de todos los presentes. Sus lágrimas caían cual agua en una frondosa cascada.

Sus manos temblaron al intentar acercarse al pálido cuerpo de aquella chica a la cual durante toda su vida había llamado mejor amiga. Ni siquiera supo exactamente en qué momento sucedió todo y terminó de esta manera, pero Nina había salido de alguna parte de entre la oscuridad y sin pensarlo en un abrir y cerrar de ojos se interpuso entre él y impacto, recibiendo así, aquella bala que iba destinada a detener el corazón del Suppasit menor.

Como resultado Mew había caído al suelo debido el peso de aquel femenino cuerpo que lo abrazaba protegiéndolo.

—¡¿Pero qué has hecho?, maldita sea! —reprochó con furia a su madre. Sentía enojo, dolor, incredulidad, impotencia.

¿Realmente su madre intentó asesinarlo hace tan solo unos segundos? Y si Nina no se hubiera interpuesto, lo habría logrado.

—M-Me-w —llamó titubeante la agonizante chica, intentando llevar su mano hacia la mejilla del castaño. Mew se adelantó a sujetarla y llevarla hasta su destino: su rostro.

—¿Por qué lo hiciste,... Nina...? No tenías que haberlo hecho. —Sollozó, acunando aquella suave mano con la suya. La mano ajena, la mano de su amiga en este momento temblaba levemente. —Aguanta un poco más, por favor... ¡LLAMEN UNA AMBULANCIA! —Giró hacia su padre con mirada suplicante —PAD-DRE,... UNA AMBULANCIA. —Volvió a pedir, desesperado.

—E-es-cucha... n-no ti-tiene c-caso... —habló Nina, con la última vitalidad que quedaba en su cuerpo —t-tie-nes... que s-ser fe-feliz,... y-yo... siempre te he a-mado, Mew... — Las calidad lágrimas comenzaron a humedecer las pálidas mejillas de aquella chica —p-por favor, s-se f-feliz. —Sonrió.

᯽𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗲𝗹 𝗱𝗲𝘀𝘁𝗶𝗻𝗼 𝗽𝗹𝗮𝗻𝗲𝗮 𝗼𝘁𝗿𝗮 𝗰𝗼𝘀𝗮᯽(Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora