LA CHICA DE OJOS ROJOS

Ojos de color rojo cobrizo

Había una vez a un joven de ojos marrones que parecía  muy normal, con cosas normales, que vivía en una casa normal, con mascotas normales y una familia anormal, pero con una imaginación que estaba fuera de los límites humanos.

Cada vez que sucedía algo malo su subconsciente se dividía de él como una persona diferente dentro de si y cada vez que eso sucedía todo el mundo quedaba en la incógnita de que le pasaba o que le ocurría.

El chico de ojos marrones no sabía lo que pasaba, el porqué era así. Pasaba el tiempo y las personas le temían porque su subconsciente se apoderaba de él, haciendo cosas que él no haría, es más los ojos se le tornaban a un color intensamente rojo cobrizo, y su comportamiento era parecido al de una mujer.

Todos le temían a la mujer de ojos rojo cobrizo, y aunque el joven estuviera presente en el cuerpo, nadie se le acercaba así que él tenía un gran problema y eso le causaba amargura.

Un día se le ocurrió hacer un viaje para deshacerse de esa persona que vivía en su interior.

A los días llegó a un lugar oscuro y aterrador donde se encontraba un hombre mayor con una barba larga y en su mano poseía un bastón de piedra color zafiro.

El joven de ojos marrones le dijo  al anciano- “buen día señor ¿Qué hace usted?” a lo que el anciano le responde- “soy el sabio de todo el lugar, con poderes que influyen en la gente” así que el joven se apresura a contarle su problema al anciano y le pregunta que si lo podía ayudar.
El anciano lo ve y le dice- “te puedo ayudar, pero lo que hare es dividirte y sacar de ti otra persona y serás castigado a cargar con ella para  siempre” el joven se alegra y le dice que aceptaría cualquier  cosa para ser normal.

Con el ocaso, el aciano lo ayudo y lo dividió de la chica de ojos rojo cobrizo, una joven hermosa, al verla el joven queda cautivado por ella. Se despide del anciano y se va de allí.

Pero con el tiempo el joven se cansa de ella y de su forma Ser y decide buscar al anciano para deshacerse de la muchacha.

El llega gritándole al anciano y le reclama por la chica. A lo que el anciano furioso le responde- “insolente, si no puedes vivir con una  versión de ti, ¿cómo puedes disfrutar de la vida, de otras personas o de ti mismo?  Serás maldecido a vivir sin la chica y sufrirás las consecuencias.

El anciano toma a la chica por el brazo y desaparece con ella en las tinieblas, y el joven al no tener una parte de él se queda inmóvil por la falta de esa chica que una vez estuvo dentro de él y la tuvo en sus brazos pero que por su falta de paciencia no la comprendió.

Por esa pérdida y soledad el joven murió allí en el lugar donde la joven fue separada de él, triste, sólo y desamparado, y las personas que pasaban por allí lo veían petrificado en lágrimas.