Conversación

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Que los vientos cierren el camino de las nubes
Al regreso de los ángeles
Para observar su danza un rato más
- Monje Henjou

Debería aventárselos en la cara, romperlos y quemarlos o dejarlos en su habitación- Aoi veía con detenimiento la limpieza y perfección de la caligrafía en el papel de baja calidad, pensando dentro de sí que hacer cualquiera de esas acciones serían un desperdicio de tiempo- Se los devolveré el día en que se vaya, es la única compasión que voy a tenerle, mucho fue darle asilo estos días. - Sonrió torpemente cuando se dio cuenta de la razón de este poema.
Hace unos momentos estaba haciendo la comida, Inosuke estaba en silencio mirándola cuando entró Naoto, parecía enfadado de haberlos visto solos

Tal vez Naoto sabe que Inosuke no es una buena persona y no lo quiere cerca de mí o ¿Son celos de esos que sienten los hijos? -Pensaba

Aoi salió de la cocina después de darle las indicaciones del día a su hijo.
La danza de los ángeles escrita en el poema tenía que ver con la labor de la pelinegra en la cocina, es como si dijera que la quería seguir mirando.
Lo entendía, pero en cuanto recordó que él se tenía que ir regresó a su postura habitual.
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- ¿Por qué te ves molesto? -Preguntó Inosuke al joven de su lado mientras comían

- Estaban solos y no hablaron de nada, esperé casi cinco minutos y nada salió de sus bocas ¿Por qué desperdició tanto tiempo a solas con mamá?

- Así que era eso. En realidad sí hablamos mucho antes de que entraras pero me dijo que no quería seguir escuchándome y para no hacerla enojar mejor me quedé en silencio

- ¿Pudo hablar con ella en la noche?

- No, aunque leyó el poema que escribí ayer ¡Te dije que funcionaría! - Se le notaba feliz. Naoto vio que aunque era poco avance pronto podrían hablar
Poco a poco, poco a poco

- ¿Hoy me acompañará de nuevo al pueblo?

- Esta vez no, tengo que hacer algo importante, con las bellotas que compramos ayer

- Oh cierto, ya me había dicho

- Sí. Estaré en el jardín

- ¡Es el mejor lugar de la casa ahí! Tengo un pequeño huerto de zanahorias por si le interesa comer alguna

- ¿Un huerto? ¡Suena genial! - A ambos parecía brillarles la mirada cuando hablaban de ello

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Aoi salió para el pueblo, había una persona que no conocía a la cual revisar porque al parecer se había fracturado el pie al caerse por las escaleras de su casa.

Al final resultó que se había roto el hueso. Era una chica joven y su mamá vendía antigüedades, por eso casi no les conocía.
La chica gritaba y lloraba del dolor por el hueso roto y su madre no paraba de decir que se callara porque duele más parir un hijo y que cuando los tuviera ese dolor no sería nada. Aoi no podía estar más de acuerdo con sus palabras.
Al final le enyesó el pie, le dio instrucciones de qué no debía hacer durante el tiempo en que fuera la siguiente revisión y salió rumbo a su casa.

- Kanzaki-san buenas tardes -Le detuvo Minatozaki, una de las vendedoras de frutas

- Buenas tardes Minatozaki-san ¿Cómo le va?

Anhelo en la lluvia // InoAoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora