𝘂𝗻𝘀𝘁𝗼𝗽𝗽𝗮𝗯𝗹𝗲, 𝗹𝗲𝗴𝗲𝗻𝗱𝗮𝗿𝘆 𝗮𝗻𝗶𝗺𝗮𝗹𝘀

(𝘁𝘂𝗿𝗻𝗶𝗻𝗴 𝗴𝗼𝗹𝗱𝗲𝗻 𝗮𝘀𝗵𝗲𝘀 𝘁𝗼 𝗱𝘂𝘀𝘁)

De reyes y reinas, y príncipes y princesas, e incluso de soldados y caballeros y la gente del pueblo que reside con hambre, Hyunjin es el mayor enigma. Hyunjin, que se limpia suavemente la suela de los zapatos debajo de la mesa al comer, en el pantalón de primera clase de su hermano mayor, y lo mancha con la sucia tierra del recién podado jardín.

Hyunjin, que se lame los labios después, y sonríe inocentemente.

Chan menciona el último paso, meses de preparación, las llamas arden alto en el estómago de Seungmin, y algo ácido camina desde sus intestinos a su garganta. El enigma se disuelve en el deseo del cambio; la barrera de lo imposible y de lo que está sucediendo se vuelve borrosa. No tiene tiempo de pensarlo demasiado, si le da una mirada extraña, Seungmin la sacude de un movimiento y es fácil cuando hay cosas más importantes en tu cabeza.

Hyunjin está ocupado preocupándose por el hermano del rey, de todas formas.

Minho tiene su vista cubriendo un parámetro largo de gente que les da la seguridad de que no habrá una gran piedra en el camino.

Si esto no es una revolución, Seungmin duda que tenga otro nombre, pero Chan los llama rebeldes, renegados que se arrastraron desde las profundidades del infierno para romper las paredes de una nación dispuesta a dejar morir a sus hombres por dinero.

Changbin hace un llamado, el aullido finalmente se presenta a sus pies. Jisung señala sus posiciones en los mapas que han quedado grabados en sus mentes, repitiendo las direcciones en un vago resumen, el liderazgo es de poco su fuerte, nadie lo juzga con tanto en juego y el peso que carga con el puesto que se le ha asignado. Casi está saltando en su pierna derecha, sus poros escupiendo sudor ansiosamente.

Seungmin está en una situación diferente, su estado es de menor riesgo y su tarea no le come el aire de los pulmones. Sabe diferente, huele diferente, la canción de la victoria lamiendo su lengua.

Se separan en el bosque.

El cuello de la ropa le causa picazón, la tela pesa en la carne de su brazos y aprieta sus piernas. Seungmin, viendo la vida de la familia real activarse frente a sus ojos, se ha preguntado cómo pueden sonreír así, enterrados en culpa y resentimiento. Hyunjin es capaz de conectar miradas, y Seungmin nota un brillo despiadado en sus ojos, pero no se dirige a él, cuando lo hace siempre es consiguiente una de sus travesuras, tal vez eso lo mantiene cuerdo.

Hyunjin es el mayor enigma, su mayor enigma, y los pone a todos en una pose tensa cuando entra a una habitación. Chan dijo que Hyunjin no saltaría al fuego, pero podría intentar apagarlo. Él, que ha estado siguiéndolo como una sombra por los últimos meses, puede asegurar que nada detiene a Hyunjin de saltar al fuego si tan solo supiera dónde se encuentra. La biología no parece tener la facultad de traspasar miedos, si la diferencia entre los reyes y sus hijos no es un ejemplo claro.

Seungmin camina al salón del trono, donde las posibilidades de que Hyunjin decida ir para escapar del bullicio son las más altas. Siguen siendo posibilidades, la duda de que algo podría suceder o no, y Hyunjin ha cubierto gran parte de su lista de lo improbable. Queda encomendarse al plan.

Entonces, suelta un suspiro cuando Minho les informa que Hyunjin se dirige directamente a Seungmin. Jisung tiene el descaro de bromear sobre tenerlo comiendo de la palma de su mano.

Las pisadas advierten la entrada de un nuevo individuo en la sala. Son elegantes, el golpe suena costoso, como alguien por quien deberías hacer una reverencia sin mirar primero, es su propio propósito.

- ¿Sabes qué es divertido?- Ríe cuando su figura se deja ver en los ojos de Seungmin.- Justo estaba buscándote.

Hyunjin, en medio de la estancia ajena llena de la realeza que vino de otros reinos para dar su pésame, no se molesta en esconder su alegría al haberlo encontrado. Si la reina lo viera, con el traje deshecho en jirones como lo está, estaría gritando inmundicias a su hijo menor. Hyunjin, atrapado en una jaula de metal, vuela de la forma más hermosa, dibujando la atracción a su belleza, atrapando estrellas en sus ojos. Riendo como maníaco, el príncipe de las grandes tierras con la capacidad de comerte vivo.