II

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La fiesta no se hizo esperar, y a los diez minutos que empezó, ya era un completo desastre.

Ashton había ido a buscar a Michael dos horas de haber empezado aquella locura. No sabíamos cómo Mike hizo para enfrentar a su padre alcohólico y su madre, pero con suerte, salió sano y salvo.

  - Sácame de este infierno- murmuró Michael sin mirarlo. Cuando llegaron a la puerta de entrada, la gente salía de hasta las ventanas, los típicos vasos rojos bo se hacían esperar, y la música electro podría escucharse incluso una calle antes de llegar.

  Un Ashton emocionado comenzó a saltar y gritar, haciendo sonreír a Michael.

Entraron a la enorme mansión de tres pisos, donde chicas y chicos bailaban de todos lados, todos con bebidas fluorescentes dentro de vasos largos; música en vivo, y por supuesto, parejas teniendo sexo con ropa por todo el lugar.

  - Parece que no encontraron las habitaciones, ¿huh?- le habló Mike a Ashton haciendo que este riera.

  -   Así es como las fiestas se hacen en grande, Mickey- gritó por encima de la música con los brazos extendidos. - Quédate aquí, baila un poco, en un minuto vengo con las bebidas.- le dijo Ash.

  Y hasta el mismísimo desconocido sabe que eso es mentira, todo se estaba convirtiendo en un maldito cliché. Ashton obviamente no iba a volver en un minuto, ni volvería. Las consecuencias de tener como mejor amigo a nuestro famoso Ashton Irwin.

Por lo que nuestro joven Clifford estaba solo, en una fiesta donde, 1) no quería estar, y 2) no conocía a nadie.

Comenzó a caminar hacia el enorme patio, donde habia varias personas en la piscina pero no lo suficiente para que Michael se sienta asfixiado. Se sentó sobre el césped, medio mojado a causa del rocío típico de las dos de la mañana, pero poco le importaba. Encendió un cigarro, y de pronto, frente a él, apareció un joven, haciendo que Michael gritara un poco, asustado.

El adolescente lo observó con sus ojos verdes, (aunque Michael no sabía por la poca iluminación) y sonrió al ver su rostro a la luz de la luna. Verdaderamente hermoso. Con su pelo rojo y sus enormes ojos verdes mostrándose un poco asustado, con sus perfectos y rojizos labios formando una irregular "o", con sus manos sobre el césped y el cigarro en uno de sus dedos. Perfectamente perfecto. O por lo menos para Luke.

  - ¿Qué demon...?-susurró Mike asombrado, mirando al extraño que lo observaba fijamente, sonriendo un poco. -¿De dónde demonios has salido?- le gritó Michael con el ceño fruncido a ese desconocido.- ¿ Y quién demonios eres?- siguió gritando.

  - Deberías dejar de maldecir- la voz cantarina de ese joven atractivo, dejaba a Michael sin palabras.- Y salí de ese infierno, la verdad es que no me gusta tanto...las fiestas.- sonrió.

  - ¿Quie-quién demonios...

  - Deja de insultar-interrumpió el rubio.

  - ...eres?- finalizó, hacuendo caso omiso a las palabras de Luke.

  - Soy tuyo- susurró ese extraño, acercándosele, todavía con esa sonrisa ladina en sus labios.

  -o-

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2015 ⏰

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